Hacía 23 años que no veíamos a un presidente español pisando suelo guineano. A Mariano Rajoy le han recibido en Guinea con todo tipo de honores: flores, aplausos y hasta alfombra roja. Acude como único invitado de la Unión Europea a la Cumbre de Países Africanos.

Su objetivo, dice, es conseguir un puesto rotatorio para España en el Consejo de Seguridad de la ONU. Pero antes de la cita, ha tenido tiempo de reunirse con este hombre. Teodoro Obiang, anfitrión de la cumbre y jefe de estado acusado de corrupción y de cometer crímenes contra la humanidad.

Un encuentro en el que han hablado, entre otras cosas, del papel de España en el Mundial de fútbol. Pero que resulta paradójico tras leer un artículo que publica El País y en el que Rajoy defiende las relaciones con África. “En la antigua África los dictadores son una forma de gobierno aceptable, en la nueva África son una especie en vías de extinción”.

Porque Rajoy ha recibido un aluvión de críticas por el encuentro con Obiang. Lo cierto es que no es la primera vez que el dictador guineano está envuelto en polémica en nuestro país. En abril dedicaba estas palabras de agradecimiento al rey Juan Carlos por mediar para que participase en un acto del Instituto Cervantes.