Rajoy ha vuelto de la lejana China y el Gobierno, con un nuevo ministro de Justicia, ha entrado oficialmente en la partida. Su juego, que la consulta catalana quede paralizada cuanto antes y su argumento, el hecho de que no pueden votar sólo los catalanes. En palabras de Rajoy, "en la realidad, le está privando de ese derecho a gente que relamente le corresponde el conjunto del pueblo español".

Sus bazas son dos recursos que ya ha entregado el abogado del Estado al Tribunal Constitucional, uno para tumbar la ley de consultas y otro para paralizar las urnas. 

En este contexto, el siguiente que debería mover ficha es Artur Mas, que como demostró en su entrevista en 'El Objetivo', sigue erre que erre: "Sólamente hay un plan, que es votar". 

Sin embargo, Mas afirma que se guarda un as en la manga, "yo tengo una estrategia", responde. Deja claro que no asumirá el órdago solo, sino que dependerá del resto de partidos proconsulta, "tengo que convoar a dichas fuerzas y determinar cuál va a ser la posición ante las eventualidades que nos encontremos". 

Una vez en ese barco, ERC avisa de que no se conforman sólo con votar. El presidente del partido, Oriol Junqueras ha afirmado en una entrevista: "Nosotros no vemos otra salida, ni en estos momentos ni en el futuro, que no sea la independencia de Cataluña". Llama de nuevo a la desobediencia civil si no dejan votar. 

Mientras, el PSOE tiene reproches para todos. Su secretario general, Pedro Sánchez, ha declarado que "siempre" ha dicho a Mas que "tiene que respetar la legalidad" y a Rajoy que "con la legalidad no basta, que hay que ir un paso más allá". Hace tiempo que Sánchez deja claros sus proyectos, un cambio en la constitución.