Esperanza Aguirre ha encontrado la salida de Génova 13, pero no la del Ayuntamiento de Madrid. "Nada tiene que ver una cosa con la otra, yo he adquirido un compromiso con los miles de ciudadanos que me votaron, y no hay ninguna razón para que deje el escaño", ha asegurado la expresidenta del PP de Madrid.

Desde su tribuna, Aguirre ha sacado a la luz los resquemores pasados del partido. "Desde el año 2008 no soy la niña de los ojos de la directiva del PP nacional", asegura.

A pesar de las escasas simpatías, su dimisión, dice, no pretende iluminar a nadie. "¿Cómo se me va a ocurrir a mí enseñarle el camino a Rajoy?", exclama la exdirigente popular.

No obstante, y por si acaso, en el PP nacional establecen un perímetro de seguridad. Aguirre, dicen, es "Aguirre y sus circunstancias". "Ella ha tomado una decisión subjetiva, individual y no consultada", asegura el vicesecretario general de Organización del PP, Fernando Martínez-Maíllo.

Para rematar, argumentan que Aguirre ha tenido muchas oportunidades para dimitir. "El presidente del Gobierno en funciones y del partido ha adoptado cuantas decisiones han sido necesarias, se ha limitaido a señalar Manuel García-Margallo, ministro de Exteriores en funciones.

No piensan lo mismo en el PSOE; los socialistas sí que creen que a Mariano Rajoy le impulsan hacia la puerta. "Su propio partido parece que lo quiere sacar a empujones. El sabrá lo que tiene que hacer ya", ha señalado, entre otros dirigentes, la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz.

Ciudadanos, por su parte, añade que cada palo aguante su vela. "Para limpiar España, lo primero es tener la casa limpia, pero no seremos nosotros los que hagamos las primarias al PP", ha señalado el secretario de comunicación de Ciudadanos, Fernando de Páramo. En las próximas horas, el PP decidirá cómo gestiona el relevo de aguirre.