Tras las elecciones del 26 de mayo, son numerosos los municipios que se han quedado en la incertidumbre de quién formará su gobierno durante los próximos cuatro años. El auge generalizado de Ciudadanos y la irrupción de Vox en el panorama político ha dejado un escenario dantesco de cara a la formación de ejecutivos: el partido de Albert Rivera niega sentarse con Vox y la formación de extrema derecha defiende su derecho a formar parte de los gobiernos en los que sean necesarios sus votos.

Uno de los casos que más ejemplifican el inestable panorama generalizado es la capital. Todas las formaciones saben el peso que tiene Madrid y, tras cuatro años de Gobierno de Manuela Carmena, el PP quiere recuperar el que siempre ha sido uno de sus principales bastiones; aunque ahora tiene un coste más elevado: la alcaldable de Ciudadanos no quiere dejar pasar la que sería una gran oportunidad de consolidación para la formación naranja y, a su vez, Vox alerta: quiere puestos en el Gobierno regional.

A apenas horas del Pleno de Investidura,PP y Ciudadanos han conseguido firmar un acuerdo de Gobierno. La candidata de la formación liderada por Albert Rivera lo consideraba un acto de "generosidad" para finalizar con el mandato Carmena, y aseguraba haber "primado las urnas" tras otorgar la alcaldía a Martínez-Almeida.

Pero llegar a dicho acuerdo no ha sido sencillo: Villacís había mantenido su postura inamovible. Auguraba por un Gobierno partido en el que, de los cuatro años de legislatura, dos estuvieran bajo el paraguas de la formación naranja y los dos restantes bajo el de los 'populares'; un propósito que no convencía a la formación de Pablo Casado, que insistía en ocupar la silla los cuatro años.

Mientras que el Partido Popular perdía más de 168.000 votos y seis concejales, la formación de Villacís conseguía quedarse a cuatro concejales del sorpasso gracias a sumar más de 124.000 votos respecto a las elecciones de 2015. Un resultado que ha auspiciado la polémica de quién debería ocupar el sillón en la capital. Además, la ganadora el 26M fue Manuela Carmena, que se quedaba a dos concejales de sumar la mayoría absoluta apoyándose en el PSOE de Pepu Hernández, una opción que sería viable si la formación de Abascal bloquea el pacto de Almeida y Villacís.

Pero aún con un acuerdo 'in extremis', el Gobierno no está decidido: Vox sigue jugando su baza y no afirma que apoye a un Ejecutivo que, tal y como ha afirmado la formación, no se ha sentado en una mesa con ellos. Así, el partido de Abascal, que consiguió más de 124.000 votos, exige su puesto y aqueja que la formación naranja "vete" su entrada en el Gobierno, pidiendo "un cheque en blanco" por sus votos.