Votar 'no', no fue fácil para los 15 socialistas díscolos. Tampoco lo fue abstenerse para los convencidos de que no debía haber una segunda legislatura de Rajoy. Así que algunos optaron por una fórmula intermedia: 'por imperativo, abstención'.
Otros se abstuvieron con la boca pequeña o lo hicieron entre murmullos, y hubo quien hasta tuvo que remarcar que obedecía al partido. Cuentan distintos socialistas que hubo lágrimas en el hemiciclo.
Tras permitir la investidura, la siguiente decisión de la gestora es qué hacer con los desobedientes. Una decisión que explican, sólo afectará a los seis militantes del PSOE. "La situación de los siete diputados del PSC y la de las dos independientes es distinta", explicó Soraya Rodríguez en laSexta Noche.
Pese a las diferencias de criterio, todos coinciden en que fue un trago durísimo para el partido y en que ahora toca sobreponerse y empezar a hacer oposición.