El Govern está preocupado por lo que pueda provocar en Cataluña el despliegue policial organizado para el 1 de Octubre. "Las movilizaciones tumultuosas es lo que quieren que se produzca desde el Gobierno del Estado y están tensando para que haya tensiones en la calle y el 1 de octubre haya una reacción que no sea pacífica", ha afirmado el conseller de Interior, Joaquim Forn.

Le vuelven a preguntar de forma más explícita: "¿Me dice que la policía viene aquí a alterar el orden?". Y Forn responde: "Es evidente. Lo vemos cada día". Esta preocupación se extiende fuera de Cataluña. "No quiero que la imagen del 1 de octubre sea de cañones de agua, de balas de gomas o de resolver los problemas a porrazos. Hay que evitar que el domingo ocurra alguna desgracia en Cataluña", ha afirmado Pablo Iglesias, secretario general de Podemos.

Sin embargo, esta es una imagen que no se plantean desde el Gobierno. No entiendo cómo podemos estar hablando de esto, que la discrepancia en torno a una opción política", ha apuntado el ministro de Justicia, Rafael Catalá. A esta petición se une también la oposición. "Les ruego que vuelvan a la democracia, que bajen el tono y que no echen más leña al fuego", ha pedido Albert Rivera, líder de Ciudadanos. Esta actitud es la que denuncian también los jueces. Dicen que les llega a afectar además en su entorno personal.

"Nos hemos convertido en los enemigos del pueblo, es doloroso. Parece que ahora lo épico y heroico es saltarse la ley. Tienes que seleccionar con quién hablas y con quién no", ha criticado Luis Rodríguez Vega, Presidente de la Asociación Profesional de Magistrados en Cataluña. Porque provoca enfrentamientos, al menos de momento, en lo que a conversaciones se refiere.