Irrumpieron a golpes, exhibiendo banderas fascistas e increpando a todo el que se cruzaba en su camino. Por primera vez vemos las imágenes grabadas por la cámara de seguridad, en ellas se ve el momento exacto de la agresión a Sánchez Llibre, de un fuerte empujón le tiran al suelo, se levanta y coge la barra de la valla en un intento por defenderse, pero le paran a tiempo.
Tras la agresión el exdiputado de CIU explicaba que había sido una reacción "innata contra el fascismo, esto es imperdonable, no se puede repetir". Dos años y medio después los 15 ultras se sientan en el banquillo de los acusados, se enfrentan a entre 2 y 16 años de prisión. Una petición desorbitada para sus abogados porque "no se lesionó a nadie, no se causaron grandes desordenes…".
Al juicio han llegado ocultándose detrás de capuchas y cascos de moto. Allí les esperaban varios simpatizantes con una pancarta de apoyo y al grito de "¡gloria eterna!". Los primeros acusados en declarar han asegurado que su intención era realizar una protesta pacífica y no querían golpear a nadie.
Pero lo que ocurrió fue que golpearon, se encararon de forma violenta y rociaron con gas pimienta la librería que también quedó destrozada por fuera. La Generalitat y la acusación particular piden para los dos principales acusados, el que golpeó a Josep María Bosch y el que agredió a Sánchez Llibre, 15 y 16 años de prisión.