La Guardia Civil ha ordenado a las embarcaciones de la zona de Gibraltar desalojar el lugar, despeja las aguas de la para ponerlas a disposición de los pescadores.

Los pescadores llevan semanas sin poder trabajar con normalidad por culpa de bloques de hormigón. Dichos bloques rompen sus redes y, según sospechan, podrían estar repartidos cada vez por más caladeros.

Según explica un pescador, "se están rompiendo redes donde antes no se estaban rompiendo", por lo que "tenemos sospecha de que han tirado bloques". 

Al respecto, las autoridades gibraltareñas parecen menos dispuestas que nunca a rebajar la tensión porque las cámaras de la aduana se han girado para apuntar directamente a la policía española.

En palabras de Enrique García, portavoz del Sindicato de Policía CEP, se sienten "amenazados", "entendemos que es un auténtico atropello", añade.

Mientras, en la verja se reparten formularios, con faltas de ortografía incluida, para que los ciudadanos puedan mostrar su descontento con los controles de seguridad y después las quejas trasciendan a la Unión Europea.

Para el PSOE, al Gobierno español se le ha ido la situación de las manos. Así lo ha expresado Trinidad Jiménez, "nos parece que el señor Margallo se ha equivocado y las consecuencias de su equivocación las vemos ahora".

Sin embargo, el Partido Popular responde que son los socialistas quienes quieren usar a nivel político el conflicto, así lo ha dicho Rafael Hernando, el portavoz adjunto del grupo popular en el Congreso, "el PSOE vuelve a utilizar el asunto de Gibraltar para hacer antigobierno".


De momento, no parece cercano el final de las tensiones porque el ministro de Defensa avisa que el conflicto aún puede tener mucho recorrido internacional.

Mientras, se eternizan los tiempos de espera, para los que cruzan cada día la verja, y para los que aguardan, impacientes, para poder volver a faenar.