Para estas elecciones europeas del 25 de mayo, el límite de los gastos de campaña es el resultante de multiplicar por 0,19 euros el número de habitantes correspondientes a la población de derecho en las secciones electorales donde se ha solicitado que se efectúe la difusión de las papeletas.
Teniendo en cuenta que las elecciones europeas son las únicas de circunscripción estatal (ni provincial ni autonómica) y que este domingo pondrán votar 36.546.270 electores (34,4 millones de españoles residentes en España, 1,72 millones que viven en el exterior y 336.586 nacionales de otros países de la UE afincados en España), ese límite máximo de gasto ha rondado los 6,94 millones de euros.
Para compensar esa inversión, el Estado tiene prometido que abonará a los partidos políticos 32.508,74 euros por cada escaño que obtengan en las elecciones de este domingo, 306,52 euros más que en los comicios de hace cinco años. Además, pagará a las candidaturas 1,08 euros por cada voto obtenido, siempre que logren al menos un eurodiputado.
Pero no resulta fácil llegar a cubrir ese límite de gastos de campaña por esa vía de las subvenciones, pues para recabar unos 7 millones de euros habría que obtener, aproximadamente, 20 escaños y seis millones de votos.
De hecho, ninguna de las principales candidaturas tenía previsto acercarse a ese límite de gasto de los casi siete millones de euros. UPyD calculó que gastaría 1,92 millones, mientras que Izquierda Unida manejó un presupuesto de algo más de cuatro millones.
El PP no tenía previsto dar datos del coste de su campaña hasta después de la cita de este domingo, aunque sí avanzó que se quedarían por debajo de ese límite de gasto. Tampoco se ofrecieron cifras en el PSOE, pero sí avanzaron que ésta será su campaña más austera -no van a contratar ni vallas electorales- y que terminarían "muy lejos" del tope de los casi 7 millones de tope.