Da igual la plaza en la que les haya tocado torear. 10 días de campaña ya son suficientes para saber cuáles son las armas de cada partido para rascar votos.
Los populares optan por sacar a pesear los buenos datos económicos, como hace Rajoy: "Hay más crecimiento, hay más empleo, y mucho más que va a haber en el futuro". Y avisar que la recuperación se tambalearía sin ellos: "Es justo, razonable y sensato que continúe y eso va a pasar el 24M". El PP se autoproclama el partido de la experiencia, y garante de "gobiernos serios y estables".
Pedro Sánchez también parece tener su discurso aprendido: "voy a meterme la chuleta en el bolsillo". El objetivo 1 es dejar claro quién es el enemigo: "El PP se ha dedicado a gobernar para una minoría, la de la amnistía fiscal". El objetivo 2, dejar claro que, dentro de la izquierda, ellos son el voto útil: "No somos la izquierda que protesta, somos la izquierda que convierte la protesta en propuesta y esta en acción política".
A seis dias de las elecciones, ya tenemos claro quién baja más al barro, y ése es Pablo Iglesias: "Son ladrones, son gentuza, vamos a decírselo con todas las letras". Lenguaje claro y combativo en cada mitin de Iglesias: "Que el presidente de mi país deje de ser una maldita avestruz, vamos a combatir, señor Rajoy".
Que poco tiene que ver el tono más sosegado y conciliador de Rivera: "Poner encima de la mesa lo que nos une, no lo que nos separa". Ciudadanos recupera el espíritu de la transición: "Tenemos una segunda transición democrática, una transición ciudadana".
Cada uno juega sus cartas de cara a unas elecciones en las que puede pasar de todo.