Un estudio realizado en 93 ciudades europeas concluye que plantar un 30% más de árboles en las urbes evitaría un tercio de las muertes por calor en Europa. Las grandes urbes tienen cada vez más asfalto y hormigón, lo que las convierte en islas de calor que, en Europa, causaron 15.000 muertes en 2022.

Sasha Khomenko, investigadora del Instituto de Salud Global de Barcelona, asegura que en una ciudad como esta un 15% de la mortalidad que se da en verano "se puede atribuir a las islas de calor", un porcentaje similar al que se puede dar en Madrid (alrededor del 12%).

Los árboles absorben CO2 y producen oxígeno, atenuando el calor cuando el sol más golpea. En España, casi 4.700 muertes fueron atribuidas al calor el pasado verano. Y lo cierto es que plantar un árbol no es caro, como comenta a laSexta el presidente del Colegio de Ingenieros Forestales, José González Granados: "Los tienes desde 100 euros a 400 o 500. Depende de lo que uno se quiera gastar".

Además, los árboles urbanos son resistentes, aunque hay que protegerlos y dotarlos de un sistema de riego. "Lo que se hace es proteger los troncos con cañas o arpillera. Es fundamental porque si no los árboles no tienen viabilidad", agrega.