Al menos 23 civiles han muerto en el norte de Siria, tres de ellos niños. Según el gobierno turco, víctimas inocentes de los bombardeos rusos sobre la oposición moderada. Los ataques han destruido por completo un hospital de Médicos Sin Fronteras que daba una cobertura sanitaria vital a 40.000 personas de la región.
Bombardeo a un hospital de Médicos Sin Fronteras