La Unión Europea da el primer paso para castigar a Hungría por su ley homófoba que ya ha entrado en vigor. El europarlamento ha pedido a la Comisión que le retire los fondos de recuperación para la pandemia ante lo que considera un ataque a los derechos fundamentales.

Esta decisión ha sido aprobada por una contundente mayoría, de 459 votos a favor y 147 en contra, que condena la ley húngara que impide hablar de la homosexualidad en medios y escuelas y que incluso la vincula con la pederastia. Considera la mayoría parlamentaria que la nueva norma no respeta los valores europeos.

La respuesta de Viktor Orban, primer ministro húngaro, no se ha hecho esperar y ha ido en línea de sus habituales declaraciones. "El Parlamento y la Comisión Europea quieren que metamos a activistas LGTBI en nuestras guarderías y escuelas. Hungría no quiere eso. Según los tratados europeos, esta decisión compete a Hungría".

Pero una de las voces de peso que se han revelado contra la ley es la de la propia presidenta de la Comisión Europea, Urula Von der Leyen, quien ha tachado la ley de "vergonzosa". "Si Hungría no arregla las cosas, la Comisión usará todos los poderes que le han sido investidos", avanzaba la mandataria.

La dura resolución coincide con su aislamiento cada vez más evidente en la escena europea. Mientras, en su país se sigue dando la cara y demostrando en las calles expresiones de apoyo al colectivo.