Con el país envuelto en los peores disturbios de sus últimas tres décadas por la muerte de George Floyd a manos de la Policía, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha apretado las tuercas a los gobernadores de los 50 estados. En una llamada telefónica, les ha exigido una respuesta más agresiva contra los manifestantes, con cargas policiales, arrestos y duras sentencias de cárcel, para "poner fin" a las protestas.

"Este es un movimiento. Si no le ponen fin, va a empeorar más y más. El único momento en el que triunfa es cuando ustedes son débiles, y la mayoría de ustedes son débiles", ha afirmado Trump durante la conversación, de la que ha transcendido una grabación de la obtenida por la cadena CBS News y en la que se escucha al presidente decirles que van a parecer idiotas: "Tienen que dominar (a los manifestantes), si no les dominan, están perdiendo el tiempo. Van a arrollarles, y ustedes van a parecer una panda de idiotas. Tienen que dominarles".

Para ello les ha conminado a "arrestar a la gente, tienen que juzgar a la gente, tienen que meterles en la cárcel durante diez años y nunca verán este tipo de cosas de nuevo". Así, les ha reprochado que "no están haciendo uso" suficiente de los militares para reprimir las protestas.

El mandatario ha comparado la situación actual con las protestas contra la desigualdad de "Occupy Wall Street" en 2011, al afirmar: "Fue un desastre, hasta que un día, alguien dijo: ya basta, y entraron y barrieron con ellos" y ha repetido que los disturbios "vienen de la izquierda radical" y de "saqueadores" que "son anarquistas", y ha lamentado la imagen de "pusilánimes" que, a su juicio, está dando el país a nivel internacional: "El mundo entero se está riendo".

Sin embargo, sí ha elogiado la respuesta a las manifestaciones en Mineápolis (Minesota), donde las fuerzas policiales "atravesaron eso (la multitud) como si fuera mantequilla", y "los tumbaron tan rápido como si fueran bolos" en una bolera. "Minesota fue un experimento. La primera parte fue débil y patética. La segunda parte fue la dominación", ha asegurado. Unas palabras que han valido para que Trump haya sido considerado como "desequilibrado" por uno de los participantes en la conversación, según CBS News.

Por su parte, el gobernador de Minesota, el demócrata Tim Walz, ha recordado a Trump que Mineápolis "está de luto y sufriendo", y que "los manifestantes pacíficos están expresando una indignación que es real", mientras que el gobernador de Illinois, el también demócrata J. B. Pritzker, ha advertido que "la retórica que sale de la Casa Blanca está empeorando las cosas", a lo que Trump ha contestado: "A mí tampoco me gusta la retórica de usted".

La familia llama a la calma

Por parte de la familia, el hermano de George Floyd, Terrence, ha pedido que se ponga fin a la violencia y ha invitado a todos a hacer escuchar su voz de otro modo, votando, no solo en las presidenciales, también en las primarias: "Educaos y saben a quien estáis votando. Pertrechado con un megáfono, Floyd se ha dirigido a los manifestantes preguntándoles: "Si yo no estoy volviéndome loco, si yo no estoy reventando cosas , si yo no estoy destrozando mi comunidad, ¿Qué hacéis vosotros?"

Aunque las manifestaciones suelen comenzar en un ambiente pacífico, muchas de ellas han derivado luego en disturbios e incidentes con las fuerzas de seguridad, pese a la declaración del toque de queda en al menos cuarenta ciudades del país y la activación de la Guardia Nacional en quince estados y en la ciudad de Washington, la capital. El margen de maniobra de Trump para hacer frente a las protestas es limitado, debido a la naturaleza del sistema federal de EE.UU. y a que una ley de 1878 le impide usar a las fuerzas armadas federales para tareas de seguridad y orden público a nivel nacional.