Niños y propietarios de lujo

El truco de los oligarcas rusos para esquivar sanciones de la Unión Europea: poner las casas a nombre de sus hijos

El contexto Un niño de cuatro años figura como dueño de tres mansiones en Palma de Mallorca. Su hermana, con siete, tiene otra más. Detrás de estas adquisiciones está su padre, Nikolai Kolesov, un oligarca vinculado al círculo más cercano de Putin.

El truco de los oligarcas rusos para esquivar sanciones de la UE: poner las casas a nombre de sus hijos
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Con solo cuatro años, Alosha Kolesov firmó ante notario y se convirtió en propietario de tres mansiones de lujo en Palma de Mallorca. Su hermana Nikole, a los siete, figura como titular de otra propiedad en la misma zona desde que tenía cuatro años. Las imágenes lo muestran claro: ellos juegan, bailan y se divierten... En casas que legalmente son suyas.

Pero detrás de esta escena inocente se esconde una estrategia calculada para esquivar las sanciones europeas. Su padre, Nikolai Aleksandrovich Kolesov, no es un nombre cualquiera. Es director general de Russian Helicopters, proveedor habitual del Kremlin y uno de los hombres señalados por la Unión Europea por apoyar la invasión rusa de Ucrania. Las sanciones lo vetan en Europa, pero no a sus hijos.

Ponerlo a nombre de los niños: el truco

Según una investigación de la Fundación Anticorrupción, una ONG rusa que opera desde el exilio, este caso no es una rareza, sino un ejemplo cada vez más común. Oligarcas sancionados por Bruselas están poniendo sus propiedades a nombre de familiares menores para evitar el embargo.

Los documentos obtenidos muestran cómo las mansiones mallorquinas pasaron de estar a nombre de sociedades interpuestas —algunas con sede fuera de España— a los propios niños. Lo hicieron con todo en regla: firmas notariales, tutores legales y sin ningún delito aparente.

En España, como en otros países de la UE, es perfectamente legal que un menor tenga propiedades, siempre y cuando un adulto actúe como tutor y se garantice que se actúa en su beneficio. En este caso, la encargada fue una sobrina de Kolesov, designada como representante legal.

"Un menor de edad puede adquirir un inmueble, pero debe hacerlo a través de sus tutores. No es algo habitual, pero está permitido", explica un notario.

El rastro es más complicado de lo que parece

Los investigadores señalan que el caso de Kolesov no es el único. Esta táctica está siendo utilizada por varios empresarios rusos cercanos al poder que intentan proteger su patrimonio en Europa a pesar de las sanciones. El truco consiste en esconder los bienes detrás de capas de empresas fantasma y familiares sin antecedentes, de forma que sea casi imposible para las autoridades europeas demostrar que esas propiedades pertenecen, en la práctica, al sancionado.

Además, una vez los inmuebles están a nombre de menores, embargarlos o congelarlos se vuelve aún más complicado: legalmente no se puede actuar contra un niño por los actos de su padre.