Los migrantes a bordo del Open Arms siguen a la espera de un puerto donde poder desembarcar, mientras los víveres comienzan a escasear después de seis días.

Un tiempo que para el ministro de Interior italiano, Matteo Salvini, hubiera sido suficiente para llegar a España, a lo que ha añadido, a través de Twitter, que lo que hace la ONG es buscar una "provocación política" por su deseo de desembarcar en Italia a los 121 migrantes y refugiados a bordo.

El barco se encuentra a 28 millas de la isla de Lampedusa, pero tanto Italia como Malta han denegado las solicitudes para garantizar el desembarco seguro del pasaje. Además, el Parlamento italiano avaló esta semana un decreto que eleva a un millón de euros las multas para las ONG que entren sin permiso en aguas territoriales.

Salvini ha recordado que "las aguas territoriales italianas están cerradas" y que, si no cumplen las órdenes, están "listos para secuestrar la nave", como ha ocurrido en los últimos meses con las embarcaciones de varias ONG.

"Quizás estos señores solo buscan una provocación política: evidentemente la vida de las personas a bordo no es su verdadera prioridad, sino que quieren transferir a toda costa a clandestinos a nuestro país", ha asegurado el líder de la Liga.

Así, ha señalado que en los "seis días" que lleva en el Mediterráneo ya "habría tenido tiempo de sobra de llegar a España, país de la ONG y que le ha dado bandera al barco". Salvini ha recordado que "algunos alcaldes" ya se han mostrado "favorables a la acogida"

Desde el Gobierno español, por su parte, descartan que sea su obligación pedir a Europa el desembarco. En este sentido, la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, ha defendido que "España es el país de Europa que cada día cumple con sus obligaciones de salvamento humanitario" y ha asegurado que "tiene que haber una política común de responsabilidad de todas las fronteras europeas y de la presión migratoria, que no es asunto exclusivo de España sino de todos".

En opinión de Calvo, "no es un tema para hacer cosas livianas ni para hacer casuística". "Abrimos nueva situación en Europa gracias al esfuerzo que hicimos con el Aquarius; llevamos a la UE el mensaje de que es un problema común, de cooperación, de solidaridad y de respeto de todos a las leyes. No puede nadie saltarse la leyes, el Estado español no se las salta", ha advertido.