La culpa no es de la víctima. Es lo que claman cientos de mujeres en Brasil que han salido a las calles para protestar por la absolución de un delito de violación y la humillación a la que fue sometida la víctima durante el juicio.

Se manifiestan por Mariana Ferrer, una joven modelo de 23 años, que denunció haber sido violada en una fiesta a la que acudió en 2018 por el empresario del fútbol André de Camargo.

La indignación por el veredicto ha aumentado tras salir a la luz el vídeo de su declaración, en la que el abogado del acusado, Gastón da Rosa, utilizó fotos de las redes sociales de la joven -que no tenían relación con el proceso y habían sido realizadas años antes, cuando ella trabajaba como modelo- para avergonzarla y atacarla.

"Esta foto, en la que está haciendo ese gesto con la boquita... ¿fue manipulada?", le espeta en pleno juicio, llegando incluso a decirle: "Pido a Dios que mi hijo no encuentre una mujer como usted". La joven, doblemente victimizada, termina llorando y pidiendo al juez clemencia: "Ni siquiera a los acusados se les trata como a mí, por el amor de Dios", suplica.

Camargo ha terminado absuelto. Sí había sido condenado en primera instancia, pero al retomarse el juicio cambiaron los delegados, el fiscal y la propia versión del acusado.

Ello, a pesar de que en las imágenes de seguridad de la fiesta en la que ocurrieron los hechos, que misteriosamente se borraron pero luego se filtraron a la prensa, se ve incluso cómo el acusado tiene que ayudar a la joven, visiblemente ebria, a caminar.

Pese a ello, el juez sostiene que Camargo no podía saber que ella no estaba en condiciones de consentir la relación. De haberla violado, argumenta, sería sin intención y como el código penal brasileño no contempla ese supuesto, él ha quedado absuelto.

"Una sentencia contra una inocente", según denuncia una de las cientos de manifestantes que protestan por el fallo judicial. Ferrer ha logrado, además del apoyo de esta marea violeta, el de decenas de personalidades en Brasil, incluido un juez del Tribunal Supremo, Gilmar Mendes, que ha denunciado lo ocurrido durante el juicio.

"Las escenas en el juicio de Mariana Ferrer son espantosas. La justicia debe ser un instrumento de acogida, nunca de tortura y humillación. Los cuerpos correctivos deben determinar la responsabilidad de los agentes involucrados, incluidos los que no han actuado", ha aseverado el magistrado en Twitter.

Ante el revuelo, el Ministerio Público ha tenido que pronunciarse: aunque no dice que Mariana Ferrer mienta, sostiene que no hay forma de probar el crimen.