Donald Trump se enfrenta a su segundo 'impeachment' en apenas un mes. Y durante la sesión de este martes, celebrada en el Congreso estadounidense, destacó especialmente la intervención del demócrata Jamie Raskin, cuya hija de 24 años tuvo que encerrarse en su oficina durante el asalto.
"Hay un sonido que jamás olvidaré: el de los golpes en las puertas como si fuera un ariete", expresa Raskin, que describe los ruidos como los más "inquietantes" que ha escuchado nunca: "Los niños estaban escondidos debajo de la mesa, susurrando llamadas de despedida, pensando que iban a morir", recuerda.
El congresista ha descrito con detalle cómo fue la experiencia de su familia, que se encontraba de visita en el Capitolio ese día: "Mi yerno nunca había estado. Y cuando los rescataron, los abracé a todos y les pedí perdón... A mi hija Tabitha, de 24 años, le dije que eso nunca volvería a pasar cuando volviera", incide.
"¿Sabéis lo que me dijo?", sigue el congresista: "Me dijo: 'Papá, no quiero volver al Capitolio", sentencia antes de romper a llorar. El silencio ha invadido la sala, mientras Raskin intentaba mantener la compostura y seguir con su discurso: "De todas las cosas brutales y horribles que vi y escuché ese día, esa fue la que más me dolió", concluye.
El expresidente Donald Trump ha experimentado su segundo juicio político, y se convertirá en el primero en pasar un proceso de este tipo tras haber abandonado la presidencia, por su presunta responsabilidad en el asalto al Capitolio.
Más de un mes después de que cientos de seguidores radicales de Trump irrumpieran en el Congreso durante una sesión clave para la transición de poder y de que cinco personas perdieran la vida, el Senado juzgará al mandatario por el cargo del que le acusó la Cámara de Representantes en enero: "incitar una insurrección". Debido a que es un juicio político, que no judicial, son los dirigentes demócratas y republicanos del Senado quienes han acordado las normas que rigen el 'impeachment'.