Alrededor de 100 “vigilantes” mexicanos patrullan desarmados junto a militares por las calles del municipio de Apatzingán, en Michoacán. Tienen el apoyo del presidente Enrique Peña Nieto para ayudar en la lucha contra el narcotráfico. Estos justicieros ciudadanos han aceptado desarmarse tras el compromiso del Gobierno para acabar con el cártel de Los Caballeros Templarios.