Cinco días después de que el secretario de Estado, John Kerry, advirtiera a Rusia de que rompería el diálogo bilateral si no tomaba "medidas de inmediato" para detener la ofensiva de las fuerzas sirias y rusas sobre Alepo, el Gobierno estadounidense cumplió su amenaza. "Estados Unidos ha suspendido su participación en los canales bilaterales con Rusia que se establecieron para sostener el cese de hostilidades.

Esta no es una decisión que se haya tomado a la ligera", informó el portavoz del Departamento de Estado, John Kirby, en un comunicado. La decisión debilita aún más las perspectivas de una tregua y un reinicio de las negociaciones de paz que puedan poner fin a los más de cinco años de guerra civil en Siria.

También abre la puerta a una posible nueva estrategia hacia Siria del Gobierno de Barack Obama, que está examinando posibles alternativas a la cooperación con Rusia y no ha descartado que esas opciones tengan que ver con el ámbito militar. "Lo que está claro es que no hay nada más de lo que puedan hablar Estados Unidos y Rusia en lo que se refiere a intentar lograr un acuerdo que pueda reducir la violencia dentro de Siria. Y eso es trágico", afirmó el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, en su conferencia de prensa diaria.

Una consecuencia inmediata de la decisión es la retirada del equipo técnico que EEUU tenía hasta ahora en Ginebra para negociar con Rusia un nuevo acuerdo de cese de hostilidades en Siria, similar al acordado por ambas potencias el pasado 9 de septiembre y que fracasó después de una semana en vigor.

Ese personal también se preparaba para el establecimiento de un Centro de Implementación Conjunta, un mecanismo con el que EEUU y Rusia planeaban coordinarse para atacar unidos en Siria a Daesh y Al Nusra una vez que se asegurara el cumplimiento de la tregua y la entrega de ayuda humanitaria a los más necesitados. El acuerdo de alto el fuego negociado en septiembre por Kerry y su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, duró una semana en vigor y estuvo mermado por numerosas violaciones y la falta de entrega de ayuda humanitaria.

La ruptura de Rusia no evitará, según el Departamento de Estado, que Estados Unidos siga buscando soluciones al conflicto sirio en el ámbito multilateral, como el Grupo Internacional de Apoyo a Siria (ISSG), presidido por las dos potencias, o el Consejo de Seguridad de la ONU.

Francia está impulsando una propuesta en el Consejo de Seguridad que pretende establecer un alto el fuego y garantías para el acceso humanitario a Alepo, pero es posible que Rusia imponga su veto. El cese de la cooperación estadounidense con Moscú no afectará a los canales que mantienen abiertos sus dos Ejércitos para evitar encontronazos entre sus aviones que sobrevuelan Siria, con el fin de "asegurar la seguridad del personal militar y permitir la lucha contra Daesh", afirmó Kirby.

Mientras, la Casa Blanca mantuvo silencio sobre las posibles nuevas opciones para Siria que baraja Obama, que desde el inicio del conflicto se ha mostrado reticente a intervenir militarmente y sólo ha accedido a proporcionar entrenamiento y armamento ligero a rebeldes sirios considerados moderados por Washington.