Un tribunal francés ha condenado a una hija del rey de Arabia Saudí, la princesa Hassa bint Salman, por ordenar a uno de sus guardaespaldas que agrediese a un trabajador que había acudido a realizar unas obras en su piso de lujo de París.

La hija del rey Salman bin Abdulaziz y hermana del heredero al trono, Mohamed bin Salman, ha sido condenada a diez meses de cárcel, aunque la sentencia está suspendida, por lo que no tendrá que entrar en prisión. Se la considera culpable de ser cómplice en un acto de violencia con armas y secuestro.

Según la denuncia de la Fiscalía, el obrero, Ashraf Eid, relató ante la Policía gala que el guardaespaldas le maniató, le golpeó con puñetazos y patadas y le obligó a besar los pies de la princesa, de 43 años, después de que esta, supuestamente, acusara a la víctima de haberla grabado con su teléfono móvil.

El abogado de la defensa, Emmanuel Moyne, ha criticado ante los medios el dictamen del tribunal, recalcando que "no hubo robo [del teléfono móvil] y no hubo violencia". "Todas las conclusiones de los investigadores y los certificados médicos demuestran que las acusaciones planteadas por el señor Eid son fantasías", ha aseverado.

La princesa, que siempre ha negado cualquier abuso, no estaba presente durante la lectura del veredicto. No está claro si esta sentencia complicará las relaciones políticas entre París y Riad.

En 2013, un tribunal francés ordenó la congelación de los bienes de otra princesa saudí, Maha al Sudairi, esposa de un exministro del Interior, por una serie de facturas impagadas en un hotel de lujo que ascenderían a casi seis millones de euros.