"Hay que darle gracias a la vida; triunfar en la vida no es ganar, triunfar en la vida es levantarse y volver a empezar cada vez que uno cae". Es el mensaje con el que José Mujica se despedía este martes del Senado uruguayo, tras renunciar al escaño a sus 85 años.

Un adiós a la primera línea política que el expresidente de Uruguay quiso aprovechar para lanzar un mensaje a las nuevas generaciones y un alegato contra el odio que ha sido muy aplaudido.

"Soy pasional, pero en mi jardín hace décadas que no cultivo el odio, porque aprendí una dura lección que me puso la vida, que el odio termina estupidizando, porque nos hace perder objetividad frente a las cosas", aseveró el exmandatario. "El odio es ciego, como el amor, pero el amor es creador, y el odio nos destruye", agregó.

Mujica, que recordó las torturas de las que fue víctima durante años en la dictadura militar, insistió en esta idea: "He pasado de todo, pero no le tengo odio a nadie", aseveró.

"Me está echando la pandemia"

El expresidente asimismo explicó que el coronavirus es lo que ha propiciado su renuncia. "Me voy porque me está echando la pandemia, ser senador significa hablar con gente y andar por todos lados, el partido no se juega en los despachos, y estoy amenazado por todos lados, por dobles circunstancias, por vejez y por padecer una enfermedad inmunológica crónica", apuntó.

En idéntico sentido se pronunció a preguntas de la prensa: "Me encanta la política, pero más me encanta no morirme", razonó el exmandatario.

Mujica, que fue presidente entre 2010 y 2015, tuvo palabras de agradecimiento para los funcionarios de la cámara y para sus colegas diputados y senadores, también para sus adversarios, entre ellos el también expresidente Julio María Sanguinetti, que asimismo renunciaba ayer al Senado.

Pese a estar en las antípodas ideológicas, ambos parlamentarios se dedicaron elogios mutuos y fueron despedidos con aplausos por la cámara. "Es un viejo luchador, importante, que representa una parte de la opinión pública de este país", aseguró Mujica sobre Sanguinetti, mientras que este subrayó que la despedida conjunta habla de que es "una hora de conciliación, una hora de reafirmación democrática".

Durante su discurso, el político del Frente Amplio destacó que "la política es la búsqueda de la felicidad humana, aunque suene a quimera" y dio paso a las nuevas generaciones. "Hay un tiempo para llegar y hay un tiempo para irse en la vida", reflexionó el expresidente, que afirmó que "la vida se nos va y es inevitable, pero las causas quedan".