Al menos ocho heridos tras la ocupación del Parlamento de la Antigua República Yugoslava de Macedonia (ARYM), por parte de miles de manifestantes, algunos de los cuales agredieron a varios diputados de la oposición, entre ellos al líder del partido socialdemócrata (SDSM), Zoran Zaev.
Finalmente la policía entró con equipos antidisturbios, gases lacrimógenos y granadas aturdidoras, varias horas después, para desalojar el edificio y evacuar a los diputados atrapados. Los manifestantes entraron en la Cámara tras conocerse que el SDSM, junto con los tres partidos albaneses con representación parlamentaria, habían elegido a un nuevo presidente del Parlamento tras el fin de la sesión reglamentaria.
Tanto los socialdemócratas como la Unión Democrática para la Integración (DUI) y la Alianza para los Albaneses (BESA) anunciaron el nombramiento de Talat Xhaferi como nuevo presidente de la cámara. El partido en el Gobierno en funciones, el conservador VMRO-DPMNE, liderado por el exprimer ministro Nikola Gruevski, calificó esta elección de "golpe de estado" porque la sesión parlamentaria había terminado y porque desde las elecciones de diciembre no se ha podido constituir un Gobierno.
No obstante el propio Gruesvki aseveró que "la violencia no es la solución" y llamó a un cese de la tensión. "Los ciudadanos no deben aceptar las provocaciones de los socialdemócratas y de aquellos que quieren sumir al país en una crisis más profunda", afirmó Gruesvki, que dijo que su partido se opondrá a través de mecanismos "legales, políticos y democráticos".
El presidente del país, Gjorge Ivanov hizo un llamamiento a la "calma y la no violencia", aunque incidió en que "todas las instituciones deben respetar la ley y la Constitución. Hoy en el Parlamento las leyes no se han respetado".
Ivanov convocó a los partidos a reunirse con él para tratar de solucionar la crisis política que vive en país. Desde hace casi dos meses Ivanov se niega a dar un mandato a los socialdemócratas y a los principales partidos de la minoría albanesa, a pesar de que los vencedores de las elecciones, los conservadores, fueron incapaces de forjar una coalición.