Una hilera de policías nacionales, escoltados por decenas de lecheras, han dispersado a los manifestantes en vía más cercana a la Asamblea de Madrid de la calle Pablo Neruda. Las miles de personas que con batas blancas que manos en alto protestaban por los planes sanitarios del Ejecutivo de Ignacio González, la Policía, al menos, ha tenido que reducir a una persona.

Tenían prohibido acercarse a la Asamblea, pero al final los médicos madrileños han acabado a la puerta misma de la Cámara. Justo delante de donde se estaba decidiendo qué color tendrá el futuro de la sanidad pública.

La Delegación del Gobierno había dicho que tenían que quedarse a 800 metros y el presidente popular de la cámara, había clausurado la tribuna de invitados. Pero ni por esas se ha dejado de oír su voz a pesar de que los antidisturbios han retirado literalmente a los manifestantes. El saldo al terminar la manifestación ha sido de un detenido y heridos leves, tres de ellos polícias.

Ha sido su última demostración de fuerza antes de que el Parlamento madrileño convierta en ley los proyectos de privatización del Gobierno regional.

Una marcha de miles de personas a través de Vallecas para pedirles que rectifiquen. La misma petición que a la vez, le han trasladado a la consejería de Sanidad. Una reunión a la que no llegaban con muchas esperanzas. Pero sí con cifras, las del ahorro que les pedía el consejero. Un nivel de detalle que este se ha cansado de exigirles a los médicos, pero que él no aplica cuando le preguntan cuánto se ahorrará con las privatizaciones.