Las primeras palabras de Ana Patricia Botín tras adquirir el Popular ha sido de tranquilidad para todas las partes. "La prioridad era la estabilidad del banco, la estabilidad del sistema financiero español, dar continuidad a los clientes y que esto tuviera cero coste para el contribuyente", ha dicho Ana Botín, presidenta del Banco Santander.

"Hoy los clientes, depositantes, ahorradores y trabajadores del Banco Popular están mucho más tranquilos", ha asegurado Luís de Guindos, ministro de Economía.

Eso sí, al simbólico precio le seguirá una ampliación de capital de 7.000 millones de euros con la que el Santander intentará afrontar los problemas de su flamante adquisión. "Estamos convencidos de que ésta es una buena operación para nuestros accionistas", ha insistido Botín.

Una operación no tan buena para los más de 300.000 accionistas del Banco Popular que perderán el 100% de su inversión. "Yo le pediría a esos 300.000 accionistas que nos unamos para exigir nuestros derechos. Aquí yo creo que hay un cúmulo de responsabilidades que habrá que estudiar y ver qué pasa", ha explicado el presidente del grupo Kiluva, Félix Revuelta.

También se quedan sin nada los que tengan bonos y deuda subordinada estimado en unos 2.000 millones. Los clientes sí pueden estar tranquilos, sus depósitos están garantizados. "Me dicen que no hay problema, pero no me fío", "preocupada sí, un poco sí", "nos van a garantizar lo que tengamos", han confesado algunas de las clientas.

El Banco Popular se convierte en la primera entidad cuyo rescate no se pagará con dinero público.