Así queda reflejado en los datos de contabilidad nacional trimestral publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y que confirman lo avanzado por este organismo en cuanto a la evolución trimestral del PIB, pero corrigen el cálculo interanual al reducirlo una décima hasta el 0,5 % (porcentaje que sí acertó el Banco de España en primera instancia).
El INE destaca, en el crecimiento anual del PIB, la mayor contribución de la demanda nacional (0,7 % frente a la caída del 0,6 % del trimestre anterior) y una aportación negativa de la demanda externa (descenso del 0,2 % frente al 0,4 %).
Dentro de la demanda nacional, el gasto en consumo final de los hogares experimentó un crecimiento anual del 1,6 %, nueve décimas superior al del cuarto trimestre de 2013, mientras que el gasto en consumo final de las administraciones públicas cayó el 0,2 %, tres puntos y tres décimas superior a la del trimestre precedente. La formación bruta de capital fija moderó su decrecimiento en seis décimas en el primer trimestre, al pasar del 1,7 al 1,1 %.
En cuanto a la demanda exterior, las exportaciones de bienes y servicios pasaron de un crecimiento del 3,7 % al 8,1 % y las importaciones aceleraron su ritmo de incremento del 2,7 % al 9,3 %.
Respecto a la oferta, todas las ramas de actividad, excepto la construcción y las actividades profesionales, mejoraron su evolución anual si se compara con el trimestre precedente.
El empleo, en términos de trabajo equivalentes a tiempo completo, tuvo un crecimiento trimestral del 0,1 % y un decrecimiento anual del 0,3 %, porcentaje que, según el INE, supone una reducción neta de alrededor de 55.000 empleos.
Además, la productividad aparente por puesto de trabajo equivalente disminuyó siete décimas, al pasar del 1,5 al 0,8 %, mientras que el crecimiento de la productividad aparente por hora efectivamente trabajada se mantuvo estable en el 0,4 %. El PIB valorado a precios corrientes cayó el 0,1 % en el primer trimestre del año y el deflactor implícito tuvo una variación negativa del 0,6 %. Asimismo, la remuneración de los asalariados pasó de un alza del 0,8 % a un descenso del 0,3 %.
Este resultado se debió al aumento de un punto y seis décimas en la tasa del número de asalariados (de una caída del 1,9 % a un descenso del 0,3 %) y a la disminución en 2,8 puntos de la remuneración media por asalariado (del 2,7 % a una tasa negativa del 0,1 %).