La compra del mes ya es historia, y ahora el carro va más vacio. Los españoles van al mercado con mucha más frecuencia, y además, hacen una selección de productos más pequeña y más precisa. "Antes compraba y no miraba el dinero en compra al mes y ahora no", comenta la clienta de un supermercado.

Además, nos hemos consumidores "polígamos" según afirma Asis G. de Castejón, director de Estudios de Nielsen. Es decir, el consumidor español es más infiel que hace unos años a su supermercado de confianza, porque visita hasta siete cadenas distintas de establecimientos.

Y todo por una sencilla razón, la crisis ha disparado nuestra hipersensiblidad al precio, que miramos mucho más de cerca.

Controlamos el precio y sobre todo no quitamos la vista de las promociones, que cada vez más nos hacen cambiar el producto habitual por el producto a mejor precio. Nuestro gasto en ocio fuera de casa se ha desplomado durante los años de crisis y todas las bebidas de alta graduación han caído, excepto la ginebra. El 'efecto gin tonic' lo llaman.