El exconsejero de Sanidad del País Vasco, fichado por Barack Obama para asesorar sobre la reforma sanitaria, asegura que hay otras formas de mejorar la Sanidad sin privatizarla, como la autogestión de las enfermedades y tecnologías que permitan su control desde casa.
Hay soluciones para tener una buena calidad en el sector público y que sea sostenible. En cada Comunidad Autónoma, la Sanidad pública gasta alrededor de un tercio de la riqueza total de esa autonomía.
No hay que verla como un gasto, sino como una inversión y los recortes no son la solución e, incluso, empeoran, porque los pacientes dejan de ir o acaban yendo a urgencias.
El doctor Rafael Bengoa consiguió con sus medidas sanitarias ahorrarle al País Vasco más de 300 millones de euros en su estapa de consejero de Sanidad. Ahora trabaja a las órdenes de Obama. Defiende la Sanidad publica bien gestionada, para no recurrir a la privatización.
"Hacer que los pacientes asuman una parte de responsabilidad de gestionar su enfermedad, hay que ayudarles mucho desde la Administración con eduación y otros sistemas", aporta Bengoa como solución.
Rechaza el desequilibrio con el sector privado, que se queda con los enfermenos menos graves y provoca que muchos eviten ir a los centros hasta que es inevitable, algo negativo para la salud y también para la economía.
"Acaban viniendo tarde y mal y en muy mal estado a urgencias y les tenemos que ingresar y por lo tanto ahí es mucho peor el remedio que la enfermedad", insiste.
Mientras el Gobierno insiste en que la Sanidad pública es un gasto insostenible, asegura que no hay nada que demuestre que la privada sí lo es o mejore la gestión.
"Si eres el consejero de Economía o el ministro de Hacienda, te da la sensación de que es un gran gasto, pero no lo es y es probablemente la inversión más importante que se ha hecho en España en los últimos cuarenta años", sentencia Bengoa.
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