Sus pasteles han endulzado el centro histórico de Barcelona, desde 1872 pero el fin de la renta antigua a finales de este año, hace que los mostradores de ‘La Colmena’ empiecen a ver su historia en blanco y negro: “Tengo un contrato de alquiler que se termina el 31 de diciembre y he hablado con el propietario que me ha dicho que había unas ofertas y que si las igualaba me la podía quedar yo” explica su propietario,  José María Roig.

Igualarla podría multiplicar por nueve su actual alquiler, porque el  1 de enero de 2015 terminará la prórroga de muchas rentas antiguas de los locales alquilados antes de mayo de 1985. Para asumirlo, ‘La Colmena’ tendría que podría tener que renunciar a lo tradicional: “Habrá que despedir a alguien y habrá que comprar cosas que no hacemos o vender más latas” dice Roig.

Las muñecas de Javier Eznarriega han sobrevivido a cuatro generaciones, al paso de las modas y de millones de niños  pero podrían no sobrevivir al fin de la renta antigua. En su caso su alquiler pasaría de menos 10.000  euros a más de 30.000: “Esas rentas solo las pueden asumir las grandes empresas que les da igual perder dinero en una tienda en la Gran Vía porque tienen mucho volumen” comenta Eznarriega.

Situada en una de las calles más caras de Madrid para asumir los costes del alquiler, tendrían que recortar en personal y la atención personalizada. Si no llegan a un acuerdo con los propietarios, tendrán que echar la llave a su casa de muñecas y poner  fin  a un cuento de más de 62 años de historia.