Vuelta a la rutina habitual del Real Madrid esta temporada. El efervescente efecto Solari ha durado cuatro partidos, espejismos que taparon carencias que volvieron a salir a la luz en Ipurua.
De partida, Solari apostó por Asensio en lugar de Isco y dio a Ceballos la manija del centro del campo, ocupando el puesto del lesionado Casemiro. Lo que no sabía es que el equipo de Mendilibar iba a plantear un partido que se le haría muy cuesta arriba a los blancos.
La iniciativa la entregaron a los blancos, esperando a una contra para matar a los de Solari. Y vaya si lo hicieron. Primero, Kike García intentó sorprender a Courtois con un disparo desde lejos que casi se cuela en la portería del belga. Golpeó en el palo, previa intervención milagrosa del interminable Thibaut.
Planteamiento perfecto del Eibar
Era el aviso de lo que le esperaba al Real Madrid, un Eibar sin miedo ni complejos que buscaba su primera victoria en partido oficial ante los blancos. Se encontró un paso más cerca tras el primer gol, fruto de una contra de manual que finalizó Escalante tras un fallido despeje de Ceballos.
El VAR ratificó este gol, un duro golpe para los blancos prácticamente al inicio del encuentro. Los minutos pasaban y el Real Madrid no encontraba la manera de llegar con fluidez a la portería de Riesgo. Mientras tanto, el Eibar volvía a esperar su oportunidad y volvió a llegar, esta vez en la segunda parte.
Sergi Enrich controló en el área y definió de manera milimétrica para batir a un desesperado Courtois. El gol, que rebotó en el palo para alojarse en la red, vino precedido de un fallo de Odriozola, que además se fue lesionado del terreno de juego, dando entrada a Carvajal.
Quinta derrota en Liga
Pero el castigo a los blancos no quedaría ahí. El Eibar olió sangre y quiso cerrar su merecida victoria con más goles. Lo hizo con un nuevo tanto, esta vez de Kike García, que realizó un encuentro excepcional y fue ovacionado por los aficionados del conjunto 'armero' en una tarde histórica en Ipurua.
El Real Madrid, totalmente desdibujado, acabó pidiendo la hora para marcharse de vuelta a Madrid. No habían comparecido en todo el partido, no se puede decir que la victoria no fuese merecida, de hecho fue más que merecida. Ni ocasiones, ni intención, ni intensidad. Una imagen muy triste de los blancos con siete nominados a ganar el Balón de Oro en el once titular, además de Isco, que salió en la segunda parte desde el banquillo.
Al final, una durísima derrota para los blancos y una muy merecida recompensa para el Eibar. Los 'armeros' se quedan séptimos a dos puntos de los blancos, que podrían quedar fuera de los puestos europeos al finalizar la jornada.