El Celta explotó los errores defensivos de su eterno rival, el Deportivo, y se llevó (1-3) su tercer derbi gallego consecutivo, segundo en el estadio Abanca-Riazor que se le puso de cara cuando solo habían transcurrido tres minutos.
Con el acierto del danés Daniel Wass y de Iago Aspas en el primer periodo y otro tanto del delantero pontevedrés, de falta directa, en el arranque del segundo tiempo, los visitantes finiquitaron el clásico del fútbol gallego por más que el Deportivo, con corazón, quiso darle emoción en la última media hora tras el gol del rumano Florin Andone.
Los tres puntos dan tranquilidad a los vigueses, que tendrán unas Navidades dulces tras haber superado a su máximo oponente, mientras que el Deportivo tomará el turrón desde las posiciones de descenso.
El equipo coruñés salió tensionado, cargando a la espalda la mochila de haber caído el jueves a los puestos que llevan a Segunda División por la victoria del Alavés ante el Málaga, y el Celta aprovechó el desconcierto de la retaguardia local, que fue un manojo de nervios en los primeros minutos.
Con el capitán, Hugo Mallo, y con su jugador más emblemático, Iago Aspas, como novedades en el once después de haberse perdido la cita con el Villarreal, el Celta percibió los problemas del Deportivo a los dos minutos cuando Schär despejó un balón en semifallo ante Maxi Gómez, y los aprovechó en el siguiente ataque.
Pione Sisto colgó el balón desde la banda derecha, donde fue un incordio para Juanfran, la defensa blanquiazul se desajustó por completo y Adrián López tardó en reaccionar cuando se dio cuenta de que Wass estaba solo en el segundo palo para rematar a placer y adelantar al Celta.
El Deportivo intentó reponerse del tempranero golpe que se llevó. Çolak, al que le costó mover al equipo en ataque, probó a Rubén Blanco con un disparo desde la frontal y Adrián, al borde del cuarto de hora, dispuso de la primera gran ocasión para quitarse el mal sabor del gol vigués, pero a su remate, a pase de Lucas Pérez, le faltó rosca.
Con la posesión, aunque sin argumentos ofensivos, los locales empezaron a generar peligro con las subidas del defensa brasileño Sidnei al ataque y las acciones de estrategia.
El central rozó el empate en un saque de esquina en el ecuador del primer tiempo y su compañero de zaga, Schär, también estuvo a punto de ver portería en otro córner, pero Hugo Mallo metió el pie a tiempo. El Dépor insistió sin premio.
Ni siquiera cuando le funcionó la presión alta con un robo de Guilherme ante Jonny que él mismo remató de cabeza, fuera, tras acompañar el ataque que había lanzado Carles Gil.
El Celta había empezado pronto a perder tiempo, especialmente su portero, Rubén Blanco, que empleaba casi medio minuto cada vez que tenía que sacar de fondo. Desesperó a Lucas Pérez, pero Undiano Mallenco ni le castigó con tarjeta ni alargó el primer tiempo.
No le hizo falta al equipo vigués, que se marchó al vestuario con dos goles de ventaja después de que el uruguayo Maxi Gómez recogiera un regalo de Sidnei a los 40 minutos y asistiera a Iago Aspas para que el de Moaña anotara por tercer derbi consecutivo tras estrenar su cuenta el curso pasado.
El técnico del Deportivo, Cristóbal Parralo, trató de cambiar el guión del partido con la entrada de un segundo delantero, Florin Andone, pero lo que se encontró fue el tercer tanto del Celta a los ocho minutos de la reanudación con una falta directa que Aspas colocó por encima de la barrera y que Rubén Martínez no logró desviar.
Herido en el orgullo, el Deportivo acortó la distancia en el marcador con un tanto de Andone, que se benefició de una serie de rechaces en el área, cuando todavía quedaba media hora para el final del partido, momento que aprovechó el técnico blanquiazul para retrasar a Guilherme al centro de la zaga aportar fútbol al centro del campo con el uruguayo Fede Valverde.
El Celta contuvo al Deportivo, aunque Adrián López pidió penalti por un empujón de Cabral, y aún pudo aumentar la goleada si el larguero no hubiera repelido un remate del uruguayo Maxi Gómez.
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