La selección española Sub-21 comenzó con una victoria por la mínima (0-1) la fase de clasificación para el Europeo de 2019 tras imponerse a la modesta Estonia con un soberbio zapatazo de Carlos Soler, que sirvió para desatascar un partido donde el gran protagonista fue Matvei Igonen, el portero del combinado local.

El equipo de Albert Celades, subcampeón de Europa hace un par de meses, todavía se encuentra inmerso en la fase de adaptación a la generación del 96. Los Ceballos, Mayoral, Soler y Merino ya brillan con luz propia, pero aun deben encontrar los mecanismos que conviertan al equipo en una selección capaz de todo en el próximo Europeo.

El partido fue feo para España, sobre todo al principio. Sin fluidez y sin acierto, pero con el dominio absoluto del cuero, pasaban los minutos sin noticias. La 'Rojita' fue de menos a más y comenzó a generar las primeras ocasiones con bombardeos desde la frontal. El primero fue de Oyarzábal, que veinte minutos después tuvo que abandonar el terreno de juego por lesión.

El golpe recibido dejó tendido en el suelo al jugador 'txuri-urdín', que pidió el cambio antes de que se llegase al descanso. El testigo en las ocasiones lo recogió Rodrigo Hernández, quien también probó suerte con el lanzamiento exterior e incluso Ceballos, que regateó hasta su nombra con tal de driblar a las miles de piernas que salían a su paso.

El madridista fue de los mejores aunque abusase en exceso del balón en algunas ocasiones, sobre todo en la fase más comprometida del partido. Esa fue en la segunda mitad, una vez que España se topase una y otra vez con Igonen. El portero estonio las paró de todas las maneras.

Primero, un disparo de Soler, después otro de Ceballos y si no fue el poste quién hacía su trabajo tras un taconazo de Meré. En total, España tiró a puerta 36 ocasiones -15 de ellos entre los tres palos- por los dos únicos lanzamientos de su rival.

Parecía cuestión de minutos que llegase el gol, pero Igonen siguió empeñado en fastidiar el estreno al combinado de Celades. Ninguna de estas besó las redes, pero sí lo hizo un zapatazo sensacional de Carlos Soler. El canterano del Valencia no se lo pensó dos veces y fusiló para establecer el definitivo 0-1 a menos de media hora para el 90'.

En los minutos finales Ceballos pudo ampliar la renta, pero España dejó el marcador intacto sumando así los primeros tres puntos en su camino al Europeo de Italia y San Marino de 2019.