Dirk Nowitzki dejó la NBA en 2019 tras una carrera plagada de éxitos. Pero el deporte de élite puede tener graves consecuencias. El alemán ha desvelado los problemas físicos que padece desde entonces. Unos problemas que incluso le impiden jugar con sus hijos.

Afirma que se arrepiente de una cosa: no haberse retirado antes. "No dejo de darle vueltas a que seguramente esos dos últimos años en la NBA no merecieron la pena. Hubo momentos brillantes, por supuesto, pero al equipo no le fue bien", dice.

"Si me hubiera retirado dos años antes, estoy seguro de que ahora podría moverme mejor. Podría jugar al fútbol de vez en cuando con los niños. Ahora ni puedo hacer eso", ha desvelado el exjugador de los Dallas Mavericks.

Tampoco puede jugar al tenis, uno de sus grandes hobbies, debido a estos problemas físicos: "Intento jugar un par de veces a la semana, pero no tengo casi movilidad. Casi todo lo que juego son partidos de dobles, pego algunas derechas desde el fondo de la pista y poco más".

El alero, uno de los mejores jugadores de los últimos veinte años en la NBA, cuenta cómo es su día a día en estos momentos: "Ahora, lo mejor es que puedo organizarme mi tiempo. Puedo cogerme un mes totalmente libre y dedicarme a hacer cosas en casa con mi mujer".

"Y después puedo estar unas semanas más activo en mi rol de consejero de los Mavs. Ahora soy mi jefe. Por eso les dije a los directivos de los Mavericks que este era el rol que quería ahora, no quería meterme e un trabajo a tiempo completo. Estoy muy cómodo así", completa.