No da respuestas cortas, algo que cabría esperar, ya que ha necesitado casi 1.000 páginas para su última novela. 'La era del capitalismo de vigilancia' (Paidós) explica de forma extensiva toda una arquitectura global de modificación de la conducta que amenaza con transfigurar la naturaleza humana en el Siglo XXI, como el capitalismo industrial desfiguró el mundo natural en el siglo XX.
"No les importa lo que pensemos, lo que sentimos. No intentan solventar nuestros problemas o arreglar nuestras vidas, solo quieren datos. Porque esos datos van a sus fábricas, donde los transforman en predicciones sobre nosotros. En Facebook son hasta seis millones de predicciones por segundo que se le venden a clientes que, a su vez, quieren ganar más dinero vendiéndonos cosas", asegura.
Completa su teoría asumiendo que, cuanto más loco, más violento o más lleno de odio sea el contenido, mayor 'engagement' logrará en redes sociales. Por eso, no solo no le ponen barreras, sino que lo fomentan; una práctica que han asumido como propia también, o como ella lo denomina: "Malos actores políticos".
"Facebook está tan lleno de mentiras, desinformación, odio... incluyendo muchas publicaciones de Trump y sus aliados, que no tienen deseo de ser ciertos. Todo lo contrario. Están saturando la red con contenidos que no tienen nada que ver con la realidad", detalla. No tiene problema en señalar al presidente de Estados Unidos como una de las grandes fuentes de desinformación de estos tiempos. Más aún, en plena campaña electoral en el país.
Además de dedicarse a escribir y dar charlas explicando su teoría, esta catedrática de Filosofía de la Universidad de Harvard se ha puesto manos a la obra. Junto a otros académicos, informáticos y periodistas (todos muy críticos con los algoritmos de Facebook), ha creado 'El Consejo de supervisión real de Facebook', en contraposición al organismo real de la compañía, que ha tardado casi dos años en empezar a funcionar.
Están usando el ‘capitalismo de vigilancia’ para dirigirnos a una actitud y unos resultados políticos"
Para ella, la amenaza no es un Estado 'Gran Hermano' totalitario como el que inspiró a George Orwell, sino la de una arquitectura digital omnipresente: un 'Gran Otro' que opera en función de los intereses del capital de la vigilancia. Preguntada por la solución para este problema, que es ya una realidad, insiste en que "la ley acabará con este 'capital de la vigilancia'".
Su ejemplo a seguir, la normativa de la Unión Europea, mucho más restrictiva que la de EE.UU. "El señor Zuckerberg llegó a un acuerdo político con Trump hace unos años. Ese acuerdo es que le daría a Trump una plataforma para sus ideas a cambio de que la Casa Blanca no fuera contra él con nuevas regulaciones", apunta.
Para Zuboff, los usuarios somos la materia prima de una nuevo sistema industrial; nuestros datos, el eje de ese comercio. Una teoría nada descartable si se tiene en cuenta que a finales de los 80 escribió 'In the age of the smart machine', un texto que alertaba sobre la revolución de los ordenadores en los lugares de trabajo. Unos años después, advirtió sobre el auge del capitalismo digital y de los servicios creados a medida del consumidor en 'The suport economy'.
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