La pandemia de coronavirus hizo estragos en la cultura. En solo un año, el sector perdió cerca de 32.000 puestos de trabajo y un tercio de sus ingresos. "Lo hemos pasado fatal. Conocemos editoriales que han tenido que cerrar", expresa Marga G. Pacios, editora y escritora.
Sin embargo, un reciente informe señala que el mundo editorial está recuperando el pulso. El estudio estima que este año se venderán 87 millones de libros, nueve más que en 2020, y por encima de los 85 millones de 2019. Además, constata la creación de 330 nuevas empresas.
Así, el mundo editorial vive un comportamiento contracíclico: "Cuando se produce una desaceleración en la Economía, hay algunas industrias que se comportan en contra del ciclo; en este caso, la industria editorial ha sido una de ellas", indica al respecto Inma Ballesteros, directora del Observatorio de Cultura Fundación Alternativas.
Precisamente, esto lo certifica la primera edición tras la pandemia de la Feria del Libro de Madrid, con ríos de lectores que acuden dispuestos a levantar el sector. "Igual que ellos nos dan vida con sus libros, nosotros somos vida para ellos", afirma una lectora.
Las ventas por Internet, claves para superar el bache económico del COVID-19
Editores y libreros consiguieron superar el bache económico del coronavirus mediante ventas por Internet, aunque la digitalización sigue siendo una tarea pendiente. En este sentido, Ballesteros destaca que hay que "utilizar los recuerdos que están disponibles para ello, la economía del dato y la inteligencia artificial".
Con la apuesta por la digitalización y sostenibilidad, el sector podría beneficiarse de los fondos europeos. Y es que, el papel, por ejemplo, consume muchos recursos, tal y como señala la directora del Observatorio de Cultura Fundación Alternativas.
El objetivo es recuperar un sector que en 2019, antes de la pandemia, facturó 2.420 millones de euros, lo que supone cuatro veces más que el cine y diez más que las artes escénicas.
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Las causas Bien por alguna tragedia o por elementos naturales, e incluso por la contaminación, muchos monumentos necesitan pasar por restauración para recuperar el brillo perdido.