Su boda tiene lo normal: invitados,  novia,  novio, pero también una historia como pocas. En 2006 Ian tuvo un accidente que casi le cuesta la vida. “Recé todo el tiempo para que no se hubiera dañado el cerebro. Cuando llegamos al hospital descubrimos que había sufrido una lesión cerebral”, cuenta Larissa.

Perdió la capacidad de hablar y fue cuando Larissa descubrió su secreto: antes del accidente él buscaba anillos de compromiso porque planeaba pedirle matrimonio. “Después de que no pudiera hablar supe que me amaba”.

Así que ella esperó a que él recuperara la capacidad de comunicarse para darle el sí quiero. Ahora, superados los obstáculos, son un matrimonio encantado con su vida de casados y en un mural de su casa escriben las cosas que les hacen más felices.