En los encierros del Pilón de Falces, en Navarra, no solo hay que estar atento a las cogidas. También hay que tener mucho cuidado con no despeñarse. Se ha celebrado el primero de unos encierros muy peculiares: son cuesta abajo, con la pared de la montaña a un lado y el temido barranco a otro.
La carrera ha sido limpia y rápida, aunque con sustos. Uno de los corredores, para evitar la embestida de la manada, no ha dudado en lanzarse al barranco. En la zona más veloz del encierro, varios corredores tropiezan y caen al suelo. Es entonces cuando una vaquilla intenta cornear a dos de ellos, pero no llega a alcanzarles.
La imagen más impactante del día se ha producido en el 'encierrillo', la previa a la carrera principal. Las vaquillas, en este caso, corren hacia arriba. Ha sido aquí cuando un corredor, con todo el camino libre por delante, decide saltar a un lado y se ha caído al barranco, aunque el joven sale caminando por su propio pie.
Menos fortuna tuvo en 2016 una mujer de 53 años. Murió al caerse al barranco al final de los encierros, cuando la gente se retiraba. Por eso se han aumentado las medidas de seguridad en la zona.
"Se decidió que en la zona donde desplomó la señora el año pasado poner barreras y carteles para que no se coloque gente", explica Valentín García, alcalde de Falces. A pesar del peligro de estas fiestas, ha sido la única muerte que se ha producido en Falces desde que se celebran estos encierros.
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