Según ha denunciado la que fuera primera bailarina del teatro moscovita hasta 2003, Anastasia Volochkova, el ballet del Bolshoi es un descomunal burdel, en el que los papeles protagonistas y las giras no se distribuyen en base al talento sobre las tablas, sino entre las sábanas de los grandes magnates.

Volochkava fue despedida en 2003 a raíz de una carta firmada por los bailarines en la que aseguraban que "no podían con ella" debido a su volumen. Por ello, diez años después de su marcha del ballet, hay quien cree que sus palabras son en realidad una llamada de atención para ganarse la fama que no ha podido alcanzar por su carrera en solitario. Por su parte, el teatro de momento no ha hecho declaraciones al respecto.