El espíritu navideño ya empieza a palparse en el ambiente, porque es llegar el 1 de noviembre y escuchar campanillas. A Mariah Carey ya le ha pasado. La cantante, que lleva 25 años celebrando su ya tradicional concierto de navidad en Times Square, empezaba a celebrar la Navidad el día después de Halloween.

Y normal que esté tan contenta. Desde 1994, se ha embolsado 50 millones de euros gracias a lo que fue la idea más brillante de toda su carrera. La navidad demanda villancicos y los artistas no dudan en satisfacer las demandas del consumidor.

En nuestro país, Raphael, con ocho discos navideños, es el cantante que más ha destacado en este terreno. Su versión del 'Tamborilero' es ya un clásico; una canción popular que también la han cantado Bob Dylan, Johnny Cash, Bob Sieger, Bing Crosby...

Mientras nosotros pensamos en todo lo que nos espera en las cocinas familiares, ellos piensan en qué podría sonar mientras nos atiborramos de comida. El último ha sido Robbie Williams, que acaba de sacar su primer disco navideño. Pensábamos que nunca íbamos a escuchar al artista inglés cantando sobre Rudolph el reno, pero nos equivocábamos.

Y como en todo, algunos villancicos también han despertado la polémica. Como, por ejemplo, 'Baby, it's cold outside'. Esta canción ni siquiera habla de la navidad, pero se ha convertido en un himno navideño en Estados Unidos, desde que en 1949 ganara el Oscar por sonar en 'Las hijas de Neptuno'. La letra nos cuenta cómo un hombre intenta convencer a una mujer para que se quede en su casa.

El problema, aparte de lo pesado que es, es que llegado un momento la chica pregunta: "¿Qué le has puesto a la bebida?''. Razón por la cual, después del #MeToo, ya no suena en algunas radios, y por la que, en la última versión que hizo Michael Bublé del tema, no suena esta frase.

Un hecho está claro, gracias a este tipo de promociones, la navidad se adelanta cada vez más, y podríamos quejarnos, pero tampoco tiene mucho sentido: a 14 de noviembre, ya hemos hecho un reportaje sobre el tema, y tú lo has leído enterito, así que algo de ganas hay.