La piel sana generada en
el laboratorio se trasplantó a casi toda la superficie corporal de niño, que
entonces tenía siete años. Hoy, casi dos años después de la intervención, el
pequeño no sufre prácticamente molestias. Los investigadores publican ahora su
tratamiento, seguido bajo la dirección de científicos de de la ciudad alemana
de Bochum, en la revista especializada 'Nature'.
El joven tratado padecía
la enfermedad genética de epidermólisis ampollar, también conocida como la
'enfermedad de la piel de mariposa' ya que se caracteriza por ser frágil y
extremadamente vulnerable, tan delicada como el cristal: al menor contacto
físico se desprende la piel de quienes la sufren, causándoles heridas o
ampollas que tienen el aspecto de una gran quemadura. Esto limita no sólo la
calidad de vida del enfermo, sino que con frecuencia genera cáncer de piel.
Hasta ahora no hay cura.
Cuando el niño llegó en
2015 con siete años a la clínica pediátrica de Bochum tenía ya el 60 por ciento
de toda su piel dañada. Las graves heridas crónicas e infecciones se habían
cernido sobre él. Los tratamientos habituales no surtían efecto por lo que solo
se podía aplicar un tratamiento médico paliativo. Por deseo de los padres los
médicos buscaron posibilidades de terapias experimentales y llegaron hasta la apenas
probada terapia genética.
El tejido cutáneo ya sin
el error genético generado en Italia se trasplantó en Alemania. En total se
reemplazó el 80% de la piel del pequeño paciente.
"Para empezar el
tratamiento se colocó al niño como una momia en su cama vendado desde la cabeza
a los pies", explicó Tobias Rothoeft de la clínica infantil en Bochum, que
se encargó de la estancia de cerca de ocho meses del niño en el hospital.
"Hoy su piel es estable. Va a la escuela, juega al fútbol y puede llevar
una vida prácticamente normal", comentó el médico. Las heridas que pueda
tener en la nueva piel se tratan como las de cualquier otro niño, agregó.
"Es la primera
persona que se trata de esta manera. Debemos esperar para ver si todo sigue
yendo tan bien. Eso es algo que dirá el tiempo", declaró Tobias Hirsch,
del hospital de Bergmannsheil, que se encargó de operar al niño. Para él como
cirujano plástico es "un milagro y una bendición", que el niño esté
tan bien. De acuerdo con datos de Hirsch, en Europa hay cerca de 35.000 niños
afectados por la enfermedad de la piel de mariposa.
La dermatóloga Leena
Bruckner-Tuderman, que no participó en el estudio, lo calificó de un muy buen
trabajo. La médico espera que se pueda ayudar también a otros afectados con
otras variantes de la enfermedad a través de una serie de correcciones de la
metodología. "Sin embargo, esto es una utopía, no hemos llegado aún tan
lejos", declaró la directora del departamento de dermatología del Hospital
Universitario de Friburgo.
En principio, las
terapias genéticas conllevan el riesgo de que el nuevo gen se integre en un
lugar desfavorable en la herencia genética. Esto podría destruir procesos de
regulación en las células y provocar cáncer. En el caso del niño aún no se ha
visto problema alguno. Hasta ahora los investigadores no han encontrado tumor
alguno o algún otro tipo de alteración perjudicial.