El pequeño oso panda gigante ha pasado de ser una "pequeña salchichilla sin pelo" a un panda "chiquitín", bromea Gustavo Fernández, uno de sus cuidadores, tras comprobar que, con dos meses, el peso del mamífero alcanza ya los 4,166 kilogramos, mientras que cuando nació pesaba 250 gramos.

El cuarto panda gigante que nace en el Zoológico de Madrid, que se encuentra en una condición física "estupenda", según su equipo de veterinarios, precisa de un ambiente húmedo de 18 grados, además de una toma de temperatura constante.

Los visitantes del Zoo podrán admirar el desarrollo del panda los fines de semana, a partir de las 12.30 horas, si bien en principio solo se mostrará "a ratitos", cuenta María Delclaux, la conservadora y veterinaria encargada de los mamíferos terrestres.

Esto se debe a que, hasta los 18 meses, en periodo de lactancia, las crías permanecen bajo el cuidado de sus progenitoras, aunque los veterinarios prevén que a partir de los seis meses comience a chupar bambú.

Al tratarse de una crianza natural, está con su madre, quien lo alimenta y lo cuida, las 24 horas del día, aunque los veterinarios aprovechan los escasos momentos en que la madre lo deja solo para comprobar que su desarrollo es el adecuado.

Entre los "buenos" síntomas de su crecimiento, sus cuidadores destacan el reclamo contante de atención de su madre, la vocalización y los numerosos intentos de desplazamiento.

Asimismo, el panda, todavía sin nombre, se inquieta y busca a sus cuidadores al reconocer las voces de sus veterinarios.

Los fanáticos del osezno tendrán que esperar hasta el 5 de diciembre para que se desvele el nombre del pequeño panda, que elegirán los internautas, al cumplirse los 100 días de su nacimiento, según manda la tradición china.

Hay cinco propuestas oficiales: De Mao (gato de Madrid), De Fu (fortuna o regalo de Madrid), Xi Fu (fortuna o regalo de España), De Bao (bebé o pequeño de Madrid) y Xing Bao (tesoro de estrella). Por ahora, lidera las votaciones Xing Bao, en honor al nombre del padre del pequeño panda, llamado estrella de hielo, en castellano.

Cuando alcance la madurez, el osezno cruzará las fronteras internacionales y aterrizará en China, su destino, donde, probablemente, le espere una hembra, para perpetuar la especie.