El eclipse lunar que se ha presenciado ha sido el más largo en lo que va de siglo, con una duración de 102 minutos y visible en toda España. El motivo por el que la luna se vuelve de color rojo intenso o marrón rojizo es debido a que parte de la luz solar que atraviesa la atmósfera de la Tierra se curva alrededor del borde de la Tierra y cae sobre la superficie de la luna. El aire de la Tierra también dispersa más luz de longitud de onda más corta (en colores como verde o azul).

El fenómeno en su totalidad ha sido visible desde Africa, Oriente Medio y países de Asia central. Las observaciones no se han limitado a nuestro satélite natural, sino que han incluido a varios cuerpos del Sistema Solar como Júpiter, Saturno o Marte, planeta éste último que se encuentra en la mejor posición desde hace quince años, por los que es posible verlo más grande y con mayor claridad.

A diferencia de los eclipses solares, no se necesita ningún equipo especial para observar los eclipses lunares. Estos últimos eventos, que ocurren cuando la luna pasa a la sombra de la Tierra, pueden ser vistos con seguridad directamente a simple vista, telescopios o binoculares.

Para poder observar el fenómeno, el Observatorio Astronómico Nacional recomendó alejarse de zonas contaminadas como ciudades con luces o edificios que oculten el horizonte en dirección este.