"La muy buena noticia es que hemos matado el nefasto impuesto al sol", declaró en un comunicado el eurodiputado español de Equo Florent Marcellesi, quien consideró "muy positivo" que "la ciudadanía europea" y demás agentes sociales puedan "producir, consumir y almacenar su propia energía renovable".

Sin embargo, el mismo acuerdo también plantea tres excepciones para la introducción de nuevas tarifas a partir de 2026, año en que, en un principio, terminaría la sanción sobre el impuesto. La primera expcepción es si el particular que sigue haciendo uso del autoconsumo energético cuenta con subvenciones públicas para hacer ejercicio del mismo.

La segunda excepción está relacionada con la cuota de autoconsumo del propio país. Esto es, si esta supera el 8% de todo el sistema eléctrico instalado en un determinado territorio, se hará un análisis del mercado que tendrá como consecuencia una posible regulación. La tercera excepción responde a la capacidad que tendrán los países para aplicar tarifas únicamente a las instalaciones que superen los 25KW.

Además, la modernización de la directiva sobre energía renovable se marca la meta de lograr un 15 % de interconexiones eléctricas entre Estados miembros de la UE para 2030. Otro aspecto importante del acuerdo es una tasa del 14 % de energía renovable en el sector del transporte para 2030, que se prevé servirá para impulsar el vehículo eléctrico.

El pacto también prevé reducir progresivamente el empleo de aceite de palma para producir biocombustibles destinados al transporte hasta 2030 y limitar sus importaciones, que provienen especialmente de países como Indonesia y Malasia.

También se congela la producción europea de biocombustibles de primera generación, como el etanol, en los niveles de producción que alcance cada Estado miembro de la Unión Europea en 2020 y se fija un objetivo del 3,5 % para los de segunda generación, generados a partir de cultivos no alimentarios como la madera.

Organizaciones ecologistas como Greenpeace, que no consideran el acuerdo general sobre renovables suficientemente ambicioso, han sido especialmente críticas con los biocombustibles al considerar que suponen "una amenaza para los bosques europeos" pues permitirán que "más árboles y cultivos se quemen como energía" y es "un ejemplo terrible para el resto del mundo".

Los negociadores, sin embargo, fracasaron a la hora de alcanzar un compromiso en el ámbito de eficiencia energética, pese a que se acercaron posturas. EFE jaf/mb/ah (Más información sobre la Unión Europea en euroefe.euractiv.es)