Los investigadores han descubierto signos que delatan el alzheimer en el cerebro de chimpancés ancianos de 20 años, retomando en antiguo debate sobre si los humanos son la única especia que desarrolla esa condición debilitadora. Si los monos realmente sucumben al alzehimer o son inmunes a los síntomas a pesar de tener las anomalías cerebrales no está claro aún.

Un diagnóstigo definitivo del alzheimer incluye demencia y dos distorsiones en el celebro: placas de amiloide y un nudo neurofibrilar. Algunos primates como los gorilas también sufren de dichas placas cuando envejecen. De todas maneras, el trabajo sugiere que los monos podrían ayudar a los científicos a entender mejor la enfermedad y cómo combatirla, si consiguen obtener el permiso para hacer tales estudios en estos animales en vías de extinción.

"No me sorprende del todo", aseguró a 'Science Mag' Laury Walker, neuropatóloga en la centro de investigación de primates en Lawrencevilla, Georgia. Walker trabajó también con monos y fue la que primero encontró las placas y el nudo neurofibrilar, aunque su distribución no era similar a la de los humanos. "Esta nueva investigación nos dice que tampoco estabábamos tan equivocados de alguna manera", ha dicho.

Hasta ahora, solo los humanos muestran todos los síntomas del alzheimer. Raghanti, líder de la investigación, ha expuesto que de los 20 monos cuyo cerebro se ha estudiado, no se había estudiado los cambios ni en el comportamiento ni en la cognición. Es por ello que no se puede decir que "esos chimpances tuvieran Alzheimer, pero sí establecer que son la única especia con sus signos patológicos".

Este descubrimiento ha sido recibido por algunos académicos con profundo escepticismo. Caleb Finch, un neurobiólogo que estudia el Alzheimar en la Universidad del Norte de Califorma, señala que en los cerebros humanos, las pacas de amiloide están asociadas con la muerte de neuronas, que no se han medido en este estudio. "Hasta que no tengamos el número de células y hagan más estudios de cognición, estoy feliz de ser agnóstico", ha asegurado.

Esta es precisamente la meta de Raghanti y sus compañeros de trabajo, calcular la muerte de neuronas a la vez que demostran con monos vivos que estos desarrollan demencia.