Probamos en Nürburgring el Opel Astra TCR, 'gallito' en la antesala del Mundial de Turismos

Rallye o Circuito… Tierra, Nieve o Asfalto… S on muchos los escenarios donde Opel ha estado presente desde el siglo pasado en las diferentes modalidades de la competición automovilística. Una historia marcada por los colores amarillo, negro y gris, característicos de la marca del rayo y que hoy tiene su continuidad en un campeonato internacional, el TCR, que sirve de antesala al Mundial de Turismos, donde compite con el nuevo Opel Astra. Nada mejor que el circuito corto de para probarlo a fondo. El coche pesa 200 kg. menos que el de serie y corre muchísimo. Es confortable para ser un coche de carreras tan extremo. La primera impresión causa respeto, da sensación de que han cogido un Astra y lo han metido unos meses al gimnasio para someterlo a un intensivo entrenamiento. El cambio es rapidísimo. Secuencial. Totalmente de carreras. Es una caja SADEV, desarrollada para esta categoría. La frenada se regula muy bien y el motor tiene muchos bajos. Se nota que es turbo pero hace un ruido delicioso, que te invita a exprimirlo a tope todo el rato. Tiene 330 CV y 16 válvulas. Un propulsor más que suficiente para tirar de los 1.200 kg que pesa.   Concebido como carreras-cliente, este Astra se ve la cara con modelos como el Seat León o el Honda Civic a lo largo de 11 carreras en diferentes países, en las que cada piloto privado demuestra su valía en igualdad de condiciones.