Mitsubishi empieza a despedirse de Europa: congela lanzamientos y no actualizará sus modelos actuales

La alianza Renault-Nissan-Mitsubishi sigue ocupando la primera fila de la actualidad aunque en esta ocasión el protagonismo es para la última marca del tridente. Mitsubishi ha anunciado que no renovará los modelos que actualmente tiene a la venta en el mercado europeo y cuando éstos lleguen al final de su ciclo comercial… la marca japonesa escribirá el punto final a su historia en el Viejo Continente.

La medida, anunciada casi por sorpresa, se aplicará de manera inmediata y es consecuencia de los malos resultados cosechados en los últimos meses y rematados por la crisis que ha generado el coronavirus. El balance de los tres primeros meses del año fiscal 2020 deja unas pérdidas netas atribuidas de 1.432 millones de euros. Una cifra que duele aún más si la comparamos con el mismo período de 2019: por aquel entonces cosecharon un beneficio de 75,7 millones.

Un 20% menos de costes

Con los números a la vista queda claro que el nivel de rentabilidad de Mitsubishi en Europa está en su peor nivel desde 1975. Las medidas no se han hecho esperar y según la marca nipona la única solución pasa por despedirse de Europa ya que debe rebajar sus costes fijos en un 20% y centrar sus inversiones en aquellos mercados donde sí existe un potencial crecimiento.

Así las cosas y siguiendo las líneas marcadas por el plan conjunto diseñado por la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, ésta última pondrá el foco en Japón, el sudeste asiático, Australia y Nueva Zelanda. Al mismo tiempo será la encargada de liderar tecnológicamente la producción de los motores híbridos enchufables destinados a aquellos modelos que forman parte del segmento C y D.

Cinco años más

¿Cuándo se despedirá Mitsubishi del mercado europeo? Aunque la medida ya es efectiva no hay una fecha concreta para su salida de Europa. Todo está en el aire y dependerá de la rentabilidad que quiera sacar a los modelos que, por el momento, siguen a la venta en territorio europeo. Si tenemos en cuenta que el ciclo comercial medio de un vehículo oscila entre los seis y los ocho años, todo apunta a que a la marca japonesa le quedan unos cinco años en el Viejo Continente… siempre y cuando las ventas acompañen.

En el caso contrario su salida se podría acelerar y a partir de ese momento su presencia será residual reduciéndose al mantenimiento oficial de los modelos en circulación y a las piezas de repuesto para éstos.