¿INVIERTES EN COCHES?
Coches que se vendieron mal, pero hoy valen una fortuna
Hay coches que, en su momento, pasaron sin pena ni gloria por los concesionarios. Hoy, algunos de esos “patitos feos” valen un dineral y se han convertido en joyas sobre ruedas. En España también tenemos unos cuantos ejemplos.
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Hay coches que, en su momento, pasaron sin pena ni gloria por los concesionarios, se ganaron la etiqueta de fracaso comercial y acabaron olvidados. Pero el tiempo, los coleccionistas y la nostalgia son caprichosos. Hoy, algunos de esos “patitos feos” valen un dineral y se han convertido en joyas sobre ruedas. En España también tenemos unos cuantos ejemplos.
Dodge Dart: lujo incomprendido
El Dodge Dart fue un intento valiente de traer el lujo americano a la España de los años 60. Fabricado por Barreiros bajo licencia de Chrysler, este sedán grande, potente y con cierto aire de ministro franquista costaba una auténtica barbaridad para la época. Solo los más pudientes (o los que iban con chófer) se lo podían permitir.
Su elevado precio, que en su versión GT podía rondar el millón de pesetas, lo convirtió en un coche exclusivo... pero poco vendido. La mayoría de los españoles ni soñaban con él, y eso le pasó factura. Sin embargo, hoy la historia es muy distinta. En Milanuncios se encuentran unidades por unos 7.500 euros, y no es raro verlos restaurados con mimo para lucir en concentraciones clásicas.
El cambio de percepción se debe a su rareza, su imagen señorial y el aura que ha ganado con los años. Hoy, tener un Dodge Dart bien conservado es casi como poseer un pedazo de la historia del motor español. Un coche que fracasó comercialmente, pero ha acabado ganando el respeto del tiempo.
SEAT 800: el 600 con puertas de más
Mientras que el SEAT 600 acabó siendo el coche de toda una generación, su primo con cuatro puertas nunca llegó a levantar pasiones. El SEAT 800, carrozado por Costa, tenía su lógica: más espacio, más comodidad… pero no terminó de cuajar. Quizá era más caro de lo que el bolsillo medio podía asumir, o simplemente nadie veía necesidad de modificar un formato que ya funcionaba para llevar a la suegra, al niño y hasta al canario.
Entre 1964 y 1973 se montaron poco más de 18.000 unidades, que suena a chiste si lo comparas con los casi 800.000 SEAT 600 fabricados. Esa diferencia abismal es precisamente lo que le da valor hoy: no hay muchos, y lo poco que queda, cuesta. Se habla de precios por encima de los 7.000 euros si la unidad está decente, y no hay demasiadas que lo estén.
Y ojo, que fuera de España aún llama más la atención. En países como Alemania o Italia lo ven como una rareza curiosa, algo exótico y típicamente español. Vamos, que lo que aquí fue un invento raro, allí es casi una pieza de museo. En Alemania, Francia o Italia se ve como una rareza exótica y genuinamente española, lo que eleva aún más su cotización. Quién lo iba a decir de un coche que ni en su propia casa encontró hueco.
SEAT “Bocanegra” y Austin Victoria: rarezas con estilo
El SEAT 1200/1430 Sport, más conocido como “Bocanegra” por su frontal de plástico negro, fue un intento de SEAT de hacer un coche deportivo nacional. Su diseño rompedor y su enfoque juvenil no fueron suficientes para convencer al gran público, en parte por culpa del precio y de una época complicada por la crisis del petróleo.
Pero como pasa con tantas cosas, el tiempo le ha dado la vuelta a la tortilla. Hoy, un Bocanegra restaurado puede superar los 10.000 euros. Es un coche de culto, buscado tanto por su diseño como por ser el primer modelo desarrollado íntegramente por SEAT. Una pieza única de nuestra historia del automóvil.
Por su parte, el Austin Victoria fue otro fracaso comercial con orígenes británicos y acento navarro. Este fue fabricado en Pamplona entre 1972 y 1975, y su diseño de Michelotti no convenció del todo, así que su producción fue corta. Hoy es un clásico raro, especialmente en su versión De Luxe con cuatro faros, y se paga bien. En Wallapop se ven unidades por más de 5.000 euros.
Lo que ayer no quería nadie, hoy es oro
Estos coches tienen en común algo muy simple: nacieron en el momento equivocado, para un público que no los entendió o no se los podía permitir. Pero su rareza, su diseño y su papel en la historia del automóvil español han hecho que, décadas después, se revaloricen como piezas de colección.
El mercado de clásicos ha sabido reconocer su valor. Ya no se trata solo de nostalgia, sino de exclusividad. Tener uno de estos modelos bien conservado es cada vez más difícil, y eso dispara los precios. Lo que hace años parecía un trasto sin futuro, hoy puede costar más que muchos coches modernos.
Así que ya sabes, si tienes un viejo Dodge Dart, un SEAT 800 o un Bocanegra en el garaje de tu abuelo, no lo tires. Podrías estar sentado sobre una pequeña fortuna.
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