Honda se retira de la Fórmula 1 a finales de 2021

La Fórmula 1 sigue sorprendiendo en un 2020 que parece que no acaba nunca de soltar noticias inesperadas. En un año en el que se ha anunciado el cambio de aires de Sebastian Vettel, la llegada de Carlos Sainz a Ferrari, el retorno de Fernando Alonso a la categoría reina y el cambio de nombre de su equipo de Renault a Alpine, nadie podía imaginar que el siguiente bombazo tenía que ser el del anuncio por parte de Honda de su marcha de la Fórmula 1. Al terminar la temporada 2021, los japoneses meterán sus bártulos en las maletas y se despedirán de Red Bull y AlphaTauri, dejando atrás siete temporadas con un claro progreso.

Así se supo en el anuncio que la propia marca realizó la mañana del viernes 2 de octubre, confirmando la decisión. Esto toma por sorpresa a la categoría reina, que salvo sorpresa mayúscula, se encontrará por segunda vez en su historia con solo tres fabricantes de motor: Mercedes, Ferrari y Renault. Los motores turbo híbridos vuelven por lo tanto a aquello que se vio en 2014, con los diez equipos participantes repartiéndose entre las tres opciones disponibles. Quizás pudieran entenderse mejor ahora las quejas en las últimas carreras de Max Verstappen sobre su propulsor, como también la sorprendente marcha de Nobuharu Matsushita –piloto júnior de Honda– de la Fórmula 2 de forma repentina.

Según la propia Honda en su rueda de prensa en Tokio y el comunicado que ha emitido paralelamente, la principal motivación de esta decisiónes el cambio de foco económico de la marca. El gasto destinado a la Fórmula 1 en años recientes ha permitido desarrollar una tecnología que ahora puede ser perfecta para centrarse en intentar alcanzar la neutralidad de carbono para 2050. Ese es el compromiso de los japoneses, que prometen centrarse en pilas de combustible, baterías y otras fuentes de energía alternativas. Al final, el significado es sencillo de ver: el dinero, mejor gastarlo en algo que vaya a asegurar el futuro de la marca. Y la F1 no es prioritaria para ellos ahora mismo.

Los cambios que vive el mundo de la automoción en nuestros tiempos son definidos por Honda como el tipo de cambio que se vive una vez cada 100 años, hecho que les fuerza a mover su mano a pesar de estar contentos con el progreso realizado en la Fórmula 1 y de su colaboración con Red Bull. Son estos últimos, quienes viven una situación más complicada ya que en poco más de un año, están sin motores para competir en la categoría reina. Se abre ahora un periodo de incertidumbre que deberá resolverse –en teoría– en los próximos meses. Eso incluye también un replanteamiento de una F1 que con solo 3 fabricantes de motores está más en riesgo que nunca con su actual modelo.

Por su parte, Honda ‘confirma’ que no pretende dejar el mundo de las carreras, que ve como parte de su ADN. Para muchos, es la confirmación de un problema de base que tiene una Fórmula 1 que cuenta con motores que no son suficientemente relevantes para los coches de calle ni suficientemente baratos como para atraer a los fabricantes. En una situación así, la categoría reina acaba dependiendo casi por completo de los brazos de la mercadotecnia de estas grandes empresas, con muy poca relación con la tecnología y demasiado gasto. Hay quien quiere incluso ver un posible paso a la Fórmula E en un futuro próximo, algo que sin duda no hay que descartar.

La atención se centra ahora y como es lógico en el futuro a medio plazo para los equipos de la marca de bebidas energéticas. Red Bull y AlphaTauri se quedan sin fabricante de motor para la temporada 2022 en la que entrarán las nuevas normativas de chasis –los motores se mantendrán iguales– y con solo 3 motoristas en la Fórmula 1, las opciones son limitadas. Mercedes cuenta ya con 3 clientes en su cartera, además de su equipo oficial; Aston Martin, McLaren y Williams. Mientras tanto, Ferrari tiene asociaciones cercanas con Haas y Alfa Romeo-Sauber… de manera que parece que el camino va a ser el de Renault, sin clientes a partir de 2021. La historia del fabricante francés y Red Bull es la de dos compañeros condenados a entenderse.