"La naranja en la mañana es oro, en la tarde plata y en la noche mata". Como es de esperar, en un país donde producimos y tomamos muchas naranjas, ese cítrico se cuela en el saber popular, para bien y para mal. Según este refrán, a medida que avanzan las horas del día la naranja pasa de ser un alimento nutricionalmente valiosísimo, a convertirse en puro veneno. ¿Tan malo es tomar fruta en la cena? ¡Para nada! Los alimentos son lo que son independientemente de las horas a las que los consumas. ¡Que son naranjas, no Gremlins!

Ahora bien, la naranja es una fruta ácida. Si una persona sufre de reflujo, gastritis o hernia de hiato, puede experimentar más síntomas si la consume en la cena. En ese caso, es mejor cambiar la pieza de naranja por un plátano o una pera. ¿Y la fibra? ¿Podría complicar la digestión y causarnos insomnio si nos vamos a la cama nada más cenar? Cierto que la naranja tiene un alto contenido en fibra (2 gramos por cada 100 gramos de porción comestible, unos 1,8 gramos por cada pieza). Y sabemos que la fibra ralentiza la digestión. Pero se trata de una naranja, no de un cocido con todos sus complementos. La naranja puede sumar algunos minutos a la digestión, pero no como para que te tengas que ver Titanic entera.

Media hora para cepillar los dientes después de comer naranja

La naranja es un alimento ácido y altera temporalmente el pH de la boca, lo acidifica. Este proceso no dura eternamente, ya que pasados unos minutos la saliva retoma su pH normal (en torno a 7). Pero mientras está más ácido, si pasamos el cepillo, podemos dañar el esmalte dental. Por eso los odontólogos suelen recomendar esperar para cepillarse los dientes unos 30 minutos que, por otro lado, es lo que vamos a tardar en recoger la cocina.

Un zumo de limón en ayunas adelgaza

Cada cierto tiempo aparece un artículo donde la famosa de turno achaca su tipazo a que cada mañana se bebe un zumo de limón en ayunas y no a los tratamientos estéticos y horas de gimnasio que le dedica. No me canso de repetirlo: no está demostrado que el zumo de limón tenga propiedades adelgazantesintrínsecas, ni en ayunas, ni con el estómago lleno.

Si te lo quieres tomar porque te entona el cuerpo de buena mañana, genial. Que lo prefieres templado porque te hace sentir mejor, estupendo. Pero no le atribuyamos a un alimento propiedades que no tiene.

La fruta en las comidas engorda

Hay que ver lo buena que es la fruta y la de mitos absurdos que nos inventamos alrededor de ella. Lo he dicho ya varias veces, pero no está de más repetirlo: los alimentos tienen sus calorías, vitaminas y resto de nutrientes y son esos independientemente de cuándo los tomemos. Da igual que te tomes la manzana a media manaña, entre el primer y el segundo plato, en el postre, troceada o en puré. Su aportación nutricional va a ser siempre la misma.

La única ventaja de tomarla entre dos comidas, cuando entra el gusanillo, es que desplazan a otros alimentos y nos evitamos recurrir a snacks o dulces más calóricos. Además, llegaremos a la siguiente comida con menos hambre. Así prevenimos los posibles atracones.

El pan engorda

Siempre digo a mis pacientes que lo que engorda, más que el propio pan, es lo que metes en medio del pan. O la salsa en la que mojas. Todos los alimentos nos aportan en mayor o menor medida energía en forma de calorías. El pan se encuentra entre los alimentos con un contenido calórico medio (261 kcal/100 g). Un [[LINK:EXTERNO|||https://www.lasexta.com/programas/mas-vale-tarde/cuanto-pan-debemos-consumir-dia-mejor-barra-picos-nutricionista-pablo-ojeda-claves_202305036452b8d2f9213700019f1726.html|||panecillo – integral o no – aporta unas 80 calorías]], hidratos de carbono, vitaminas del grupo B y 8 gramos de fibra por cada 100 gramos de pan, siempre que sea integral. Según su composición, aportará más o menos sal.

Lo ideal es usar el pan para acompañar a las comidas, como mucho, para 'empujar', y sin excedernos de la ración recomendada (1 ración = 2 rebanadas = 40 g = 104 kcal). Si nos bajamos una barra de pan entera pringando en una salsa o en un bocata de salchichón, claro que engorda. Pero engorda el conjunto, no culpemos al pobre pan.

La miga no engorda más

La de veces que he visto a personas horadando un chusco de pan para retirar la miga con la excusa de que 'es que engorda más'. Cuando, si nos ponemos rigurosos, por la propia densidad del alimento, lo que engorda más es la corteza (más densa), que la miga (con más aire).

Otro mito similar es pasarse al pan tostado. Y es un error: este tipo de panes llevan grasas para dar esa textura crujiente y ligera. Lo mismo con los colines, que llevan una importante cantidad de aceite y, por tanto, si los miramos solo desde el punto de vista de si engordan, hay que reconocer que engordan bastante más.