En el Club de Malasmadres solemos hacer sesiones de trabajo a largo plazo. Nuestra querida coach Paz Gómez lo llama 'Hackatón'. Horas pensando en "hacia dónde vamos" o "cómo tiene que ser el club en 5-10 años".
Estos momentos de parar, reflexionar y mirar con perspectiva al futuro de un proyecto social son fundamentales, no solo como ejercicio para desconectar del día a día, sino para proyectar con sentido. Para marcar unos objetivos, metas a las que queremos llegar. Una vez marcado ese fin, toca hacer el camino inverso y analizar qué cosas estamos haciendo que nos estén proyectando hacia allí y qué cosas no estamos haciendo que debemos integrar para construir con ese objetivo.
Así que parar, reflexionar y marcar el camino al futuro es fundamental. Pero nunca nunca olvidando el presente, los problemas actuales que nos encontramos, la resolución del día a día y el saber dónde estamos, con los pies bien en la tierra.
La semana pasada el Gobierno presentó el Plan 2050. Un plan ambicioso y necesario porque como dice la cita que da inicio al documento de 600 páginas que podéis leer aquí: "Ningún viento será bueno para quien no sabe a qué puerto se encamina", del gran Séneca. Por supuesto que sí, ya sabemos la importancia de resiliencia de nuestro Gobierno. Pero me preocupa que la conciliación no tenga un papel destacado en este extenso documento y en los distintos ejes de actuación marcados.
En el Plan se expone una gran preocupación por el envejecimiento demográfico, pero lejos de preocuparle el estancamiento de la natalidad y plantearse medidas que mejoren esta realidad social, que venimos alertando tantos años, el Plan 2050 no lo ve como un drama sino como una oportunidad en educación. Al tener menos estudiantes, el presupuesto en educación por alumno será mucho mayor y podremos tener una población mucho más formada. España "podrá duplicar el presupuesto por alumno hasta equipararlo con el que ya tiene Dinamarca sin incurrir en un incremento significativo del gasto público", según recoge el plan. ¡Fenomenal! Pues nada, incentivemos tener menos hijos e hijas, porque así los que tengamos estudiaran más y mejor.
¿De verdad que no se incluye la conciliación en otro aspecto del Plan? Pues mirad queridas lectoras, me lo estoy leyendo aún, pero en el resumen ejecutivo que son las 22 primeras páginas no, tampoco en los resúmenes leídos en prensa ni en el prólogo inspirador del presidente. Lo de encontrar la palabra "conciliación en el Plan" va a ser como buscar una aguja en un pajar. Lo mismo que supondrá encontrar en 2050 a una familia con dos hijos o hijas. Importante resaltar que este Plan se integra dentro del programa 'Reto demográfico', de ahí mi preocupación porque la conciliación sea la gran ausente en este nuevo show.
El otro aspecto que me interesa como activista por la conciliación es la productividad y las horas de trabajo. Pero lejos de encontrar que "flexibilidad y trabajo por objetivos" son objetivos claros, ilusa de mí, solo se habla de la idea de reducir la jornada a las 35 horas en 2050. Que no digo que no se tenga que trabajar en ello. Pero ahora hago una regresión al presente que estamos viviendo, que parece que a nadie importa, y pienso: "los niños y las niñas que nazcan ahora son el futuro de ese 2050". Y las madres y los padres de ahora los generadores de ese futuro. Madres que seguiremos haciendo malabares para sobrevivir porque, según se plantea el asunto, no hay ninguna medida de conciliación en el horizonte próximo. Pero, ¿qué queremos si hemos demostrado supervivencia, a costa de nuestro sueldo, nuestras renuncias y salud mental, durante más de un año? Pues así podremos aguantar hasta 2050, ¿no? Que por cierto, muchas seguiremos trabajando aún. Agárrense queridas porque las políticas transversales de conciliación, que exigimos, nos va a tocar pelearlas, más ahora que ya sabemos que si la tasa de fecundidad cae es hasta "una oportunidad" para tener un país más formado y avanzado.
Según el Presidente Pedro Sánchez el objetivo es lograr que quienes vivimos en España miremos al futuro. Pero señor presidente el futuro son los niños y las niñas del presente. Trabajemos con vistas al futuro, pero con políticas transversales del presente y no abandonemos a las familias del ahora porque seremos lo que construyamos ahora, día a día.
Y por último me pregunto, ¿cómo va a conseguir uno de los doce ejes que dice "consecución de la plena igualdad de género" y aumentar el empleo en mujeres sin un plan de conciliación y corresponsabilidad? Quizás sea fomentando la renuncia de la mujer a ser madre porque, como dijo la escritora Iris Simón en su discurso, "No habrá agenda 2030 ni plan 2050 si en 2021 no hay techo para placas solares porque no tenemos casas, ni niños que se conecten al wifi porque no tenemos hijos".